jueves, 26 de noviembre de 2015

CIENCIA FICCIÓN CLÁSICA EN INGLÉS EN NUESTRO PAÍS

Oh, cuántos aficionados quisiéramos tener acceso a una biblioteca tan completa como la nuestro colaborador Samuel Salomón. Aquí vemos su imponente colección de más de 5000 títulos solamente en inglés (y unos 10.000 en castellano). Entre todo este ejército de colecciones clásicas, aquí vemos en el estante superior a los ACE DOUBLES, una colección que dio a conocer en formato bolsillo dos libros en uno en la década del ’50 en EE.UU., presentando autores como Leinster, Asimov, Leiber, Silverberg, Brunner y cientos más.


Benjamín Liendro: El contador que se volvió cuentista



Benjamín Liendro acaba de ganar el concurso Chibán de narrativa, organizado por la unas (Universidad de Salta). Esta entrevista que reproducimos de LA GACETA permite conocer a uno de los escritores con mayor futuro de la provincia de Salta, que ha elegido la Ciencia Ficción como medio de expresión. En esta entrevista Benjamín habla sobre la nueva narrativa salteña, sobre los formatos de cuento y novela, sobre la actualidad y la Ciencia Ficción.

Con el cuento “Guerra Mundial Y” Darío Benjamín Liendro acaba de ganar el primer premio del concurso Alicia Chibán, organizado por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta. El premio no hace más que confirmar el ascenso de un escritor que ha dejado hace rato de ser promesa: desde la revista Sonámbula, Liendro ya ha publicado textos con técnicas narrativas modernas, y que retratan la contemporaneidad de la provincia.
    El galardón, entregado por Lucila Lastero, Fernanda Agüero y Hernán Sosa como jurados, fue, además, una excusa para que LA GACETA realice esta entrevista.


Nueva narrativa salteña

Antes de que se encienda el grabador, Liendro cuenta, como al pasar, que estudiaba en la Facultad de Economía. Que iba a ser contador. Hasta que, en algún momento, decidió poner todas las fichas a la literatura y a escribir cuentos. El posible contador devino, así, en cuentista. La calidad de sus textos se puede constatar en distintos números de la revista Sonámbula, pero de alguna manera el premio confirma lo que los lectores más atentos ya habían notado.

-Hace un tiempo, un ex integrante de la revista Sonámbula dijo que la carrera de Letras perjudicaba a los poetas. ¿Te sirvió a vos en algo como escritor estudiar esta carrera?

-Te ayuda y te desayuda. Depende de vos. Te ayuda porque te da teoría, ideas, te da más lecturas, cosas a las que quizá no hubieras accedido y después te perjudica porque te pone muchos corsés, las teorías de constriñen mucho a la hora de escribir. Además está la angustia de las de las influencias: a veces vos querés escribir algo y decís para qué escribir si ya hubo cientos que lo hicieron antes y mejor, entonces uno siente que lo que hace no vale nada al lado de otros. 

-¿Cómo se dio en vos el paso del lector al escritor?

Creo que es la necesidad de comunicar algo. Me da la sensación, ahora, que los escritores son personas muy solitarias, sobre todo los novelistas. Pueden tener muchos amigos, se pueden juntar, pero siempre tienen alguna cosa guardada adentro, que no la pueden sacar con otras personas. No es que tengan un trauma psicológico ni nada, simplemente es como una pulsión, algo que querés contar y no sabés cómo. Creo que ahí comienza el paso del lector al escritor. En el medio hay mayor o menor fantasía, más o menos comunicación con los sentimientos

-¿Cómo llegaste a la revista Sonámbula?

-Llegué cuando ya estaba andando, en el tercer número, de la mano de Beto, que era compañero mío. Y ahí los conocía a Rafael Caro y a Alejandro Chiri. Después se fue Beto, también César Martínez y quedamos Rafael, Alejandro y yo, así que ahí gané un cacho más de protagonismo, antes yo sólo estaba para aportar textos, no para opinar sobre la revista.
    La revista sigue viva, agonizando como siempre. Con la revista hubo como un crecimiento, los primeros número son una berreteada, pero todo fue mejorando y con el número diez dimos un giro cualitativo.

-¿Tenés planificado un libro de cuentos? ¿Novela?

-Lo que pasa es que mis cuentos son largos. Este cuento que escribí para el concurso en realidad era más largo. Y para este con curso lo corté. Me gustaría encontrar una idea que sea novelable, que se preste para el desarrollo de historias paralelas. 

-¿Qué te gustaría leer en Salta y no encontrás?

-Sé que Rafael (Caro) está escribiendo una novela, que está buenísima para mí, yo se la estoy corrigiendo, en realidad es un cuento largo o novela corta. Es una novela de Ciencia Ficción, una parodia de todas las cosas que se dicen en Salta, una especie de parodia de las momoias de Llullaillaco, y por momentos parece una novela policial, por momentos Ciencia Ficción, no le encontrás forma, pero me parece que está muy buena. Me gustaría leer cosas de este estilo, cosas de Ciencia Ficción, más situadas en la contemporaneidad. Y si son temas viejos que le den otro tratamiento.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo Llullaillaco. Fue como un boom en su momento y salió la novela de Belén Alemán, salió la de José Agüero Molina también. Es un tema al que me gustaría que le busquen la vuelta de hacer algo distinto. Sé que no es fácil escribir 200 páginas, pero yo siento que me gustaría leer algo más gracioso, más ágil, más arriesgado, porque es como que tienen una fórmula hecha. Poner ingredientes de la novela hispanoamericana, un poco de heterogeneidad cultural, un poco de prosa poética por acá, un poco de experiencia personal, un poco de crónica, la momia, el inca, la Pachamama y sale más o menos. Capaz que están buenas, la de Agüero no la leí, la de Belén Alemán la estoy leyendo y está, no es lo mejor que se escribió en Salta, pero está, zafa.


-¿Qué escritores te influyeron?

-Los voy cambiando cada dos por tres. Te digo los de este momento: “Niveles de vida”, de Julian Barnes, (a quien reescribí, creo que soy un reescritor) “Plataforma” de Michel Houellebecq, lo que llegué a leer d Memoria de Ben Clark. Cuentos, no sé, fuera de esos tres nos é si tengo…. La poesía de Michel Houellebecq. Pero creo que ese libro sale como 535 pesos, porque es importado. También Stephen Done, poeta norteamericano.

-¿Cómo ves la literatura salteña en este momento?

-Creo que está en un momento en que puede haber un cambio, un giro; si los planetas se alinean esto despega y se va a poner un buen mercado, una buena situación para la literatura. Ponéle Jacob Regen es un gran poeta, y debe haber vendido 300 libros. Y actualmente no la está pasando bien, ni es rico, ni su obra se ha difundido… creo que no ha alcanzado el reconocimiento que realmente se merecía como poeta. Aparicio medianamente lo tuvo. Pero no es conocido al lado de otros nombres que por estar en Buenos Aires se los lee más y tienen mayor aparato de marqueting. Creo que ese salto se puede dar ahora. ♦

martes, 24 de noviembre de 2015

EL REGRESO TRIUNFAL DE LA CIENCIA FICCIÓN ESPACIAL



Cuando Héctor R. Pessina decía hace años que el tema espacial era uno de los pilares de la Ciencia Ficción, y uno de los favoritos de la gente, nadie parecía prestarle atención en el ambiente del género local, alegando que se trataba de gustos rancios y pasados de moda. Pero, ¿hay temas pasados de moda? Los géneros siempre se reciclan y vuelven para cada generación. La revista ÓPERA GALÁCTICA de TLA Publicaciones viene bregando por la CF espacial desde el 2008, ininterrumpidamente. Y hoy, existen autores argentinos que escriben CF de este tipo sin rubor, produciendo algunas piezas realmente notables.
    Este mes, la ultra conocida revista MIRADAS, de una célebre empresa de TV por cable, publica una producción fotográfica dedicada a la GUERRA DE LAS GALAXIAS, con motivo de su inminente nueva película. Y además, como si esto fuera poco, lanza un concurso para preguntarle a sus lectores: “¿Cuál es tu película espacial favorita?, demostrando que la CF interplanetaria está más vigente que nunca. Hoy tenemos revistas argentinas que respaldan por entero este subgénero, tales como LEYENDAS PLANETARIAS (dirigida por Natalia Coralizzi) y RELATOS INCREÍBLES INTERPLANETARIOS (dirigida por Octavio Fraboschi), y que solamente contienen relatos nacionales que exploran esta temática siempre apasionante.
    El regreso de STAR WARS de la mano de George Lucas marca un período de revival de las aventuras espaciales, y ya pueden verse en kioscos y jugueterías figuritas, muñecos articulados y demás productos relacionados con la película, emblema en el cine del Space-Opera y la aventura espacial.
    Esperamos que este nuevo resurgir del género sea el puntapié de una ola de grandes ficciones de autores nacionales y de la apreciación de un género que nunca, jamás dejó de gustar en el paladar del aficionado a la CF y también de aquél que no lo es y gusta del colorido, la emoción y la imaginación de las historias interplanetarias. •

APARECE COLECCIÓN COMPLETA DE HOMBRES DEL FUTURO




La mítica revista HOMBRES DEL FUTURO (Editorial El Tábano) apareció fugazmente en 1947 y dejó una huella en los aficionados a la literatura fantacientífica. Desapareció silenciosamente pero tiempo después se supo que había sufrido un episodio de censura y de ahí se decretó su cierre. Tenía un aspecto colorido y era muy vistosa, tal como lo señaló Pablo Capanna en un artículo. Sin embargo, siempre pareció una revista maldita, ya desde su triste clausura: a partir de entonces cuando las nuevas generaciones la buscaban, nunca la podían encontrar. A duras penas quizá aparecía un solo número, pero nunca se podía hallar una colección completa. Cuando se buscó a los viejos aficionados de los años ’40, todos habían perdido sus ejemplares de distinta forma; sus familias los habían vendido, los habían extraviado o bien muchos ejemplares habían naufragado en alguna inundación.

    
Debido a este problema los historiadores nunca habían podido rearmar la historia y contenidos de sus números. Dos artículos muy completos de investigadores porteños aparecerán este año sobre la revista, uno en forma de libro para una importantísima editorial y el otro como ensayo para una revista norteamericana dedicada a los pulps. Hoy, nuestro colaborador, coleccionista e investigador Samuel Salomón ha conseguido una colección completa que aquí aparece en todo su esplendor, un hallazgo casi similar al Santo Grial para los aficionados de la CF. •


jueves, 19 de noviembre de 2015

MAZEWAY, una novela con un acertijo cósmico


La novela Mazeway, de Jack Williamson, fue una exitosa secuela de su anterior novela Lifeburst, que había tenido bastante éxito en Estados Unidos, y por lo cual muchos lectores pedían una continuación. Williamson, por aquel entonces ya todo un firme veterano de la Ciencia Ficción, escribió esta especie de continuación. De la mano de nuestro colaborador, el coleccionista Samuel Salomón, les traemos algunas fotos de ella y la traducción de una oportuna reseña escrita sobre ella en aquellos años.
JACK WILLIAMSON – Mazeway. Ballantine/Del Rey, Edición en tapa dura, 1990. Reimpresión tapa blanda: Octubre 1990.

Los escritores de ciencia ficción más jóvenes puede que tengan habilidades que Jack Williamson sólo podría soñarlas, pero a no ser por eso, creo que los sueños de él son la verdadera sustancia de la que están hechos los sueños.
    Existe algo que alguien alguna vez llamó “sense of wonder” (Sensación de Maravilla), tratando de describir una cierta rama de la ciencia ficción, y Jack Williamson ciertamente la tien, y siempre la tuvo: su primer relato publicado es de 1928. Él en ese entonces tenía –y aún lo tiene- un temor respetuoso por el futuro que los escritores más jóvenes de ahora ya dan por hecho, como si se tratara de sucesos de todos los días, y por lo tanto también sus libros resultan más pobres por eso.
    ¿Pero de qué trata este libro? Nada más que de un par de representantes de la humanidad tratando de dar el salto evolucionario del planeta al espacio. ¿Cómo? Jugando el juego de la Espada y la Piedra de los Elderns en el doble planeta Mazeway; algo así como si les tomaran una prueba rigurosa y difícil como exámen de ingreso.
    Ganar el juego significa el aceptar a la humanidad en el más amplio mundo del universo entero. El porqué unas criaturas exaltadas como os Elderns necesitan un modo tan infantil de tomar prueba para que alguien entre a sus filas no queda precisamente claro, pero dada la premisa, y admitamos que no es nueva, Williamson nos entrega una homilía anticuada sobre cómo crecer y arreglárselas para vivir y madurar.   
    Es, también, una novela de misterio y crimen. ¿Puedo citarles la página 80? Benn Dain, Terrano, está con exigencias hacia los Hidratos con respecto a su amigo y mentor, Edward Gibbon Beta, cuyo hermano por fisión en el nacimiento ha sido asesinado, bajo misteriosas circunstancias:
    “Señor. No puede dejarlo morir. Él quiere vivir. Su hermano fue asesinado en la Starsearch. No se conoce al asesino. Creo que lo encontrará decidido a identificar al asesino”.
    Encontrar al asesino es lo que hacen, aunque debo admitir que no es uno que Ellery Queen, digamos, en sus sueños más locos, hubiera reconocido. Y si bien me gusta algo de lo que los escritores más nuevos de CF están diciendo, los libros anticuados y pasados de moda como puede serlo éste, son todavía mi tipo favorito de historia.♦
                                                                         
                                                                          de Mystery*File 32, Julio 1991

lunes, 16 de noviembre de 2015

Claudio Díaz. Entrevista.



1. ¿Cuándo comenzó tu pasión por la literatura fantástica y la Ciencia Ficción? 
La fantasía y la ciencia ficción siempre tuvieron un sitio preferencial entre mis gustos, incluso desde mi más temprana infancia. De los programas infantiles que veía antes de aprender a leer recuerdo con cariño a Rocket Robin Hood, El Capitán Marte (Fireball XL5 de Gerry Anderson), Astroboy de Osamu Tezuka y, por encima de todos, el que más me marcó: Robin el Interplanetario (Space Patrol Hoppa en la versión original japonesa). 

2. ¿Cuáles fueron las primeras lecturas que te impresionaron? 
Empecé a leer con Tío Rico antes de tiempo, preguntando el sonido de cada letra, y ahí me enamoré del lenguaje escrito. Pero puedo afirmar que el primer impacto lo recibí a los seis años con Asterix, y ya nada fue igual. A los ocho estaba leyendo Conan el Bárbaro, mi primer contacto con la fantasía, en la edición española de Vértice (que ostentaba en la portada el atractivo texto de “revista para adultos”), junto a Skorpio, Vampirella y Doctor Tetrik editadas en Argentina. Al año siguiente ya había empezado a coleccionar las historias que me gustaban, sumando al Príncipe Valiente de Harold Foster, Mort Cinder, El Eternauta, Fitito, Cinco por Infinito...  
A los diez años leí mi primera novela de ciencia ficción: Alquimia 3000 de Curtis Garland, editada por Bruguera en la colección de bolsilibros “La Conquista del Espacio”. Pocos meses después compré la recopilación de relatos de Robert Howard, Conan el Usurpador, editado también por Bruguera, mi puerta de entrada a la fantasía heroica. 

3. Vos comenzaste como dibujante. ¿Cómo fueron esos inicios y dónde publicabas? 
Dibujaba historietas de aventuras en hojas de carpeta, con birome y lápices de colores, influenciado por las películas que veía en Sábados de Súper Acción, aquel recordado ciclo de canal once, o en el cine Aconcagua de Villa Devoto. También hacía historias de espionaje al estilo de El Agente 86 y los Vengadores (la serie inglesa de Brian Clemens), o medievales inspiradas por el Príncipe Valiente y Conan, y alguna que otra de super héroes. Se las vendía a mis compañeros, aunque por suerte me quedé con unas cuantas debido a que las dibujaba varias veces, era mi manera de tener más de un ejemplar de cada una.  
Recuerdo también haber dibujado documentales en tiras de papel de calcar, como las películas de Cinegraf, y que fueron proyectadas en la escuela. Fue furor entre los maestros uno que hice sobre el imperio romano. Tal es así que en séptimo grado me publicaron una historieta de ciencia ficción en la revista de la escuela, en la cual narraba el éxodo de la humanidad a otros planetas. Pero mi viejo no entendió las señales y pensó que mi futuro estaba en la mecánica, y me mandó de prepo al industrial, en el cual perdí los siguientes seis años.  

4. Has formado parte de los grupos más juveniles que estaban en el mítico CACyF (Círculo Argentino de Ciencia Ficción y Fantasía). En esa época eras muy chico. ¿Qué recordás de esos tiempos? 
A los quince, estando en cuarto año de la secundaria, me puse a dibujar y escribir de nuevo. Mi primera historieta, Star Nabs: Los Nabos de las Galaxias, era una especie de Flash Gordon pero con personajes argentinos (mis amigos y yo); la publiqué en Under Comix, el fanzine de Ernesto Lehner (los dos primeros capítulos de un  total de 70 páginas, el resto quedó inédito).  
Recuerdo que el Cacyf era un grupo muy grande de gente tan quemada como yo; los viernes se juntaban en un bar hasta treinta personas, en grupos de cinco por mesa más o menos. Cada mesa era la “oficina editorial” de un fanzine distinto, y a veces de más de uno. Nos reuníamos para mostrarnos el material, armar un original y fotocopiar todos los ejemplares posibles (nunca más de cien). Under Comix duró al menos cinco números. 

5. ¿Cómo continuó tu carrera y en qué momento decidiste volverte un profesional de la escritura? 
Después de Under Comix me puse a estudiar dibujo en serio, en la escuela de Garaycochea, con Salinas y Oswal como profesores, pero sufría mucho porque los dibujos nunca me quedaban como yo quería. Era mejor crítico que dibujante. Paralelamente estudiaba Diseño Gráfico en la UBA. Fueron diez años de ir a las editoriales y salir con un “volvé cuando tengas algo nuevo” como respuesta. Sin darme cuenta, cada historieta que no lograba publicar terminaba transformada en cuento corto o relato. El salto a la literatura me esperaba a la vuelta de la esquina. 
En mis años de facultad conocí a Javier Doeyo, por aquél entonces docente, quien luego fundaría Doedytores y publicaría tantas historietas y revistas nacionales. Años después empecé a trabajar en la librería Camelot y lo volví a ver, y como necesitaba unas notas sobre Dragon Ball y sabia que a mí me gustaba el animé, me pidió que le escribiera una columna en sus revistas; esas fueron mis primeras publicaciones pagas. Cuatro años después dejé Camelot y me encontré trabajando para varias editoriales: Silmax, Mina, Doedytores... siempre haciendo notas sobre fantasía, ciencia ficción, cine, animé o escribiendo guiones de historietas. Había encontrado mi pequeño lugar en el mundo, y durante varios años logré vivir de eso. Me había hecho fama de rápido y de todoterreno. Y para Silmax también trabajé como escritor fantasma; yo escribía lo que me pedían y lo firmaba otro (pagaban muy pero muy bien). A partir del 2005, con la explosión de Internet, cerraron las revistas de divulgación, se fue acabando el trabajo y entré en Entelequia como encargado, donde aún sigo. Trabajar en la librería me permitió autoeditarme, y así logré publicar Relatos de Terra Incognita. 

6. ¿Tenés alguna preferencia a la hora de escribir? ¿Guiones, novela, cuento? 
Los cuentos o los relatos cortos son mis preferidos, quizás debido a que me gustan autores que descollaron en esos formatos, como H. P. Lovecraft, Robert Howard, Clark Ashton Smith, C. L. Moore y Fredric Brown. Y además, cuando tenés poco tiempo libre, es la elección indicada.  
También estoy escribiendo guiones de historietas, los cuales dibuja Arturo García, un muy buen amigo y excelente artista. 
Las novelas las tengo que dejar para más adelante, ya que son proyectos que llevan mucho tiempo y no puedo descuidar mi trabajo en la librería. Las pasadas vacaciones comencé una novela, terminé el capítulo tres y no pude volver a trabajar en ella. Estoy esperando mis próximas vacaciones para avanzar un poco más. 

7. ¿Cómo fue tu experiencia con esa revista que fue ANIARA? ¿Por qué no nos contás un poco? 
Mis años en la escuela de Garaycochea me pusieron en contacto con muchas personas creativas y de gran talento: Luis Guaragna, Abel Saidman, Sergio Castro, Carlos Devizia... fue natural que nos juntáramos para colaborar en una revista de relatos de ciencia ficción y fantasía. Devizia fue el fundador, el editor, y el mecenas de la misma, ya que los ejemplares de Aniara se repartían gratuitamente. Tenían una tirada de 250 ejemplares. El objetivo central era la difusión de nuestro trabajo. Y sirvió de mucho. Todavía hay gente que recuerda habernos leído, y pregunta para cuando más relatos. Bueno, hay más en camino, como pueden comprobar los lectores de AVENTURAMA. 

8. ¿Cómo surgió tu libro RELATOS DE TERRA INCOGNITA, que es realmente una historia fascinante y con una edición muy buena? 
Relatos de Terra Incognita es mi homenaje combinado a la fantasía heroica y a la aventura humorística o, expresado de otro modo, mi homenaje personal a Conan el Bárbaro y a Asterix el Galo. Es una manera de sacarme el sombrero antes dos grandes de la literatura: René Goscinny y Robert Howard. Pero a la vez es el libro que siempre quise leer; está escrito por el adulto que soy para el chico que alguna vez fui. 
Debo decir que nació primero como un guión de historieta que pensaba dibujar yo mismo,  La Emperatriz de la Nigromancia, pero me superó el esfuerzo. Luego lo intentó dibujar otra persona, un profesional excelente pero que no entendía el tenor humorístico que yo le quería dar. Finalmente me incliné por lo obvio: transformarlo en un relato de fantasía. Y como me quedó bien redondo, y los personajes daban para más, terminó siendo el primero de una serie de relatos (el libro incluye tres). 
Es una autoedición, puesto que la editorial Fusang es mía. Y fue una experiencia genial, ya que no sólo vendí más de seiscientos ejemplares (por ser un autor novel no está mal), sino que los lectores terminaron pidiendo más relatos situados en ese continente imaginario y protagonizados por mis personajes. Debo decir que también estoy contento con el resultado en lo profesional; aunque no hubiera vendido un solo ejemplar valió la pena exprimirme a fondo. 
Además debo sentirme muy agradecido a los ilustradores de la obra, que entendieron perfectamente la onda pulp que le quise dar. Ariel Olivetti pintó una portada de lujo, digna de cualquier libro de Conan, y Quique Alcatena realizó unas ilustraciones en blanco y negro que son para dejar caer el maxilar inferior al piso. Se portaron extremadamente generosos, iluminaron mi obra de una manera soberbia. Farnsworth Wright hubiera levantado el pulgar. 

9. ¿Cuáles son tus autores favoritos? 
René Goscinny, Clark Ashton Smith, Alan Moore, Robert Howard, Alfredo Grassi, H. P. Lovecraft, Roy Thomas, Leigh Brackett, Lee Falk, William Hope Hodgson, Harold Foster, Fredric Brown, H. G. Oesterheld, Henry Rider Haggard, Edgar Rice Burroughs... los leo y releo cada tanto. 

10. ¿Podemos decir que sos un auténtico pulp writer profesional por tus características narrativas y tu amplia experiencia laboral? 
Me atrevo a decir que sí. Me hubiera encantado que mis relatos figurasen en las páginas de la Weird Tales o de la Famous Fantastic Mysteries, no lo voy a negar... pero me parece que he nacido demasiado tarde para eso. Por fortuna, siempre nos queda Aventurama y otras publicaciones dedicadas a recuperar el género. 

11. Sabemos de tu gusto, como muchos aficionados, por las clásicas publicaciones fantásticas de Ciencia Ficción y Fantasía. ¿Cuáles son tus favoritas? ¿Y por qué piezas sentís un afecto especial o considerás “tesoros personales”? 
Las que me encantan pero no tengo: Weird Tales, Fantastic Novels Magazine, Abraham Merrit's Fantasy, Avon Fantasy Reader, Planet Stories. 
Las que tengo y atesoro: la argentina Narraciones Terroríficas, la mexicana Enigmas, Amazing Stories, Fantastic Universe, Fantastic, y unos cuantos Ace Books dobles. 

12. ¿Qué novelas o libros de cuentos del género son aquellos que más recordás o que más te impactaron? 
Pesadillas y Geezentacs de Fredric Brown, La Espada de Rhiannon de Leigh Brackett, Zothique de Clark Ashton Smith, El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien, Al Otro Lado del Tiempo de Keith Laumer, El Reino de la Noche de William Hope Hodgson, En las Montañas de la Locura de H. P. Lovecraft. 

13. Del aluvión de revistas nuevas que están surgiendo, ¿cuáles te parecen las mejores o que más te llaman la atención? 
Todas son increíbles. Cuentos de Ciencia Loca está entre mis preferidas, al igual que Aventurama, Pistas del Espacio, Ópera Galáctica, Éxtasis y Sensacional... y tengo muchas más por leer todavía; sólo por eso no las menciono. Lamento que se tengan que hacer a pulmón. Faltaría un mecenas que se anime a poner plata para que se puedan realizar miles de ejemplares, distribuirlos y apadrinar a los nuevos autores que siguen la estela dejada por los grandes. No sé si sería un éxito, pero un fracaso seguro que no. 

14. Contanos de tus próximos planes. ¿Hay alguna novela archivada? ¿Estás escribiendo cuentos también? 
Sí, estoy recopilando mis relatos cortos (de dos a seis páginas) y escribiendo nuevos para armar una antología de ciencia ficción, terror, humor y fantasía, similar en formato y cantidad de páginas a Relatos de Terra Incognita. Ahí van a estar disponibles nuevamente mis cuentos publicados en Aniara, además de otros que escribí recientemente como Viaje de Regreso, publicado en Aventurama, o El Talismán, que salió segundo en el concurso de relatos convocado por editorial Thelema y publicado en Lo Ominoso, homenaje a Lovecraft. 
Por otro lado estoy escribiendo nuevos relatos ambientados en el universo fantástico de Terra Incognita con el objeto de editar un nuevo volumen. Pero, como le pasaba a Robert Howard, los relatos me llegan sin orden, saltando hacia atrás y hacia adelante a lo largo de las líneas temporales de los personajes, y en lo personal me gustaría que el nuevo volumen fuera cronológico como el anterior. Veremos si lo logro o si al final me inclino ante los deseos de Thorvald, Sheng Wan y Rodrigo de publicar sus aventuras en desorden, tal y como me las van contando.  
También escribí el guión de la tira Relatos de Terra Incognita, la cual se está publicando por entregas en el periódico SHA, con dibujos de Arturo García. Una aventura inédita dividida en veintiún páginas “dominicales” de continuará. Es nuestro homenaje a los grandes artistas del cómic y, en mi caso, una manera de volver a la historieta.  
Y finalmente, pero no menos importante, sigo trabajando en mi primer novela larga de fantasía, plena de referencias y homenajes al universo de los pulps. ¡No te das una idea de lo que es! Aventura, humor, fantasía, peligro, chicas hermosas, dinosaurios, territorios inexplorados... y un montón de elementos más que me guardo para poder sorprenderlos. Como decía antes, no es fácil ya que apenas pude completar tres capítulos (unas 60 páginas), pero como el argumento está trazado y bastante definido, es cuestión de tener tiempo libre para escribirlo. Y luego a por un editor que se anime a publicarlo, ya que la autoedición le quita mucho tiempo libre a un autor, tiempo que podría destinar a escribir más historias. 
Mientras tanto, si los editores lo permiten, seguiré contribuyendo en Aventurama con relatos cortos. 


jueves, 12 de noviembre de 2015

JOHN W. CAMPBELL, EL PADRE DE LA CIENCIA FICCIÓN MODERNA por Adrián H. Triscian



El otro día me reencontré en el taller que tenía mi abuelo en mi casa, el enorme arcón con revistas de él. Una de ellas era una pila de unos cien números de ASTOUNDING SCIENCE FICTION, y esto me hizo recordar a ese gran director de la CF que fue John W. Campbell.
    Siendo apenas un treintañero, asumió el cargo de director de ASTOUNDING hacia fines de 1937, que desempeñaría hasta el día de su muerte, temprana e inesperadamente, en 1971.
    En los años ’60, con la ruptura sociocultural que sobrevino en el mundo, le cambió el nombre a la revista por ANALOG SCIENCE FACT/SCIENCE FICTION, título con el que aún hoy sigue saliendo.
    Creo que su labor como director fue brillante, por más que hoy en día al estar de moda el progresismo desmitificador, muchos lo critiquen simplemente porque Campbell pensaba distinto, como si no hubiera tenido derecho a hacerlo. John W. Campbell desarrolló todos los parámetros de la CF moderna, todos sus conceptos, animándose en una fecha tan temprana como 1938 a alentar a sus autores para que arrojaran por la borda los viejos cánones del género y se concentrasen en nuevas temáticas y abordajes, e insistiendo siempre en que sus autores debían tener conocimiento sobre la Ciencia y sobre las personas. Campbell se negaba a publicar lo que él llamaba “basura” que era la CF más anticuada de las primeras décadas del Siglo XX. Era común que él se animara a ejercer prácticas nuevas como mostrarles a sus escritores portadas ya dibujadas que compraba previamente para hacerlos escribir relatos basados en ellas, coincidiendo con la ilustración. 
   
Campbell se entrevistaba personalmente con cada uno de sus autores para discutir como escribir cada historia, los ayudaba, los alentaba, y discutía acaloradamente puntos de vista y conceptualizaciones. Fue también el descubridor e impulsor de autores como Isaac Asimov, Robert Heinlein y Theodore Sturgeon, entre tantos otros. Y dejó prácticamente su carrera de escritor para dedicarse por entero, casi religiosamente, a su cargo de director literario. Cuando una vez Asimov le preguntó cómo pudo hacer eso abandonando la escritura, él le respondió: “Ahora, Isaac, puedo escribir 50 historias distintas al mismo tiempo”, refiriéndose a la asesoría y lectura que hacía de las obras que recibía.
    ¿Hace falta recordar que muchos de los inventos que llegaron con el paso del tiempo y que hoy damos por hechos (aterrizaje en la luna, satélites, computadoras, etc.) fueron predichos por primera vez en las páginas de ASTOUNDING? Un relato publicado allí en 1944, un año antes de que cayera la bomba atómica en Japón, causó un verdadero revuelo. Se trataba de “Deadline” (Plazo mortal) de Clive Cartmill, y describía los fundamentos básicos sobre cómo fabricar una bomba atómica. Para tramar la historia, Campbell ayudó a Cartmill extrayendo ambos la documentación existente sobre el tema en una biblioteca pública. Cuando el FBI aterrizó en su oficina con una orden de allanamiento, exigiéndole que retirase el número de ASTOUNDING de circulación y lo sacaran de los kioscos, Campbell se negó obstinadamente, señalando con valentía y lucidez que esto sólo empeoraría las cosas, poniendo sobre alerta a todos los ciudadanos de que Estados Unidos estaba construyendo una bomba atómica de verdad, haciendo cundir el pánico, y que lo más conveniente era por lo tanto ignorar el cuento. El FBI, pasmado ante el razonamiento de este hombre, finalmente se avino a aceptar la situación renuentemente, comprendiendo que Campbell estaba más en lo cierto de lo que pensaban.
    ASTOUNDING era leída, se supo luego, por los principales científicos del mundo, incluso tras la cortina de hierro, y hablamos de muchos de los científicos que cambiaron la cara del Siglo XX.
    Más tarde, en la década del ’50, otras revistas salieron a competir salvajemente con ASTOUNDING, y Campbell simplemente se concentró en sus intereses, retrayéndose. Habiendo perdido la exclusividad de muchos de sus autores tras la guerra, decidió continuar con su política acérrima, e incluso comenzó a interesarse (a raíz de algunos graves problemas familiares) en varios temas paranormales; telepatía, precognición, teleportación. Cientos de cuentos y novelas se escribieron en torno a estos temas gracias a, o por culpa de, depende como algunos quieran mirarlo, John W. Campbell. Entre ellos algunos clásicos formidables como SLAN de Van Vogt o MUTANTE de Kuttner. No sólo eso. Campbell publicó el primer relato sobre “dianética” de L. Ron Hubbard, alegando incluso que adhería a esta nueva disciplina, que luego se convertiría en una religión, y de la que luego Campbell renegaría. Cuando los ’60 llegaron, y explotó el hippismo, el nudismo, las drogas y el descontrol, Campbell se fue encerrando más en su caparazón, manteniendo una línea con su revista en forma coherente y obstinada. Nunca se vendió ni cedió al oportunismo publicitario.
    Cuando murió, sorpresivamente a los 61 años, en 1971, la Ciencia Ficción sufrió un cimbronazo. Una mítica figura, uno de los que habían ayudado a dar forma a la CF, se iba para siempre. Un gran director. Desde su revista, con sus editoriales, sus escasos cuentos y los de su plantel, había logrado poner al Hombre en la Luna, crear la carrera espacial, cimentar el desarrollo de la NASA. Como dijo hace poco un crítico refiriéndose a aquellos tiempos, “la gente joven leía la Ciencia Ficción de ASTOUNDING que contenía ideas plausibles y buena ciencia, y alzaban la vista al cielo de noche y soñaban con el Hombre yendo al espacio”. Campbell previó y anunció muchas de las maravillas técnicas que tenemos hoy en día y que, guste o no, usamos todos.
    Lamentablemente, muchas de las enseñanzas de Campbell cayeron en saco roto en un mundo que hoy parece signado por el caos, la ignorancia letrada, la pérdida de identidad, la alienación, todo revestido de una alegría artificial y falsa. Sin embargo, mientras haya alguien en cualquier rincón del mundo, capaz de soñar, capaz de absorber las señales de alerta y predicciones de aquellos cuentos, alguien capaz de abrir arcones con viejos números de ASTOUNDING, no todo estará perdido. Y la antorcha seguirá pasándose, de generación en generación, como me la pasó a mí mi abuelo, y como yo se la voy a pasar a mi futuro hijo. ♦


jueves, 5 de noviembre de 2015

Cuestionario Cuenta Regresiva: Matías D’ Angelo



Responde hoy el escritor Matías D'Angelo cuyo reciente libro Cuentos del Multiuniverso recomendamos a los lectores.
Matías Alberto D’ Angelo nació en General San Martín, Buenos Aires. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata y es Locutor Integral de Radio y Televisión, egresado del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER). Ha trabajado como redactor y productor de radio en distintas emisoras. Actualmente se desempeña como locutor de radio, y Jefe de Redacción del anuario Avatares Letras.


10-¿Recordás cuál fue el primer libro del género que te voló la cabeza?

Volarme la cabeza así como decís: Fábulas Invernales, de Carlos Gardini. Hasta ese momento no me había interesado tanto en la Ciencia Ficción, era más del Fantasy. Esta novela se encuentra un poco entre ambos géneros y fue una buena transición.

09- ¿Cuál fue la primera película de CF que viste en tu vida?

Star Wars: Episodio V - El Imperio contraataca

08- De los llamados subgéneros de la CF, ¿Cuál es de tu preferido? Por ejemplo: Espadas y Planetas, Steampunk, Post-Apocalíptico, Space Opera, Viajes en el tiempo, etc.

Space Opera, Cyberpunk, Fantaciencia y Post-Apocalíptico. Si tengo que elegir uno sólo… Es muy difícil. Space Opera, creo.


07- Tenés la máquina del tiempo lista para poner en marcha, ¿a qué época o año?

Cualquier lugar con dinosaurios.


06- ¿Qué creés que ganó la CF y qué perdió desde su inicio a hoy?

Creo que la CF sigue estando en construcción. Cuando se la recorta en un género y empiezan las divisiones entre “blanda” y “dura” y se crean subgéneros se gana porque cada uno puede ir a buscar el mundo donde le interesa adentrarse como lector o narrador, pero al mismo tiempo se pierde porque a veces se vuelven manifiestos que excluyen, “legitimizan” e “ilegitimizan” y matan la creatividad. Se ganó en difusión y en diversidad de producción y de público. ¿Se perdió en calidad? No creo. Es una cuestión de perspectiva: a mayor difusión, mayor exposición a todo lo que hay. También hay que considerar que algunas cosas no nos atraen o no nos gustan por distancias generacionales y/o por no saber ponerlas en contexto.

05- ¿Qué dibujo, historieta o póster de CF influyó en tu amor al género?

Los dibujos animados de El Fantasma del Espacio y el Trío Galaxia de los 60s y 80s que repetía Cartoon Network cuando era muy, muy pequeño.

04- ¿Qué autores creés que no están todavía valorados como corresponde?

A nivel masivo, Carlos Gardini, Alejandro Alonso, Curtis Garland (seudónimo de Juan Gallardo Muñoz) y Laura Ponce.

03- ¿Te resulta paradójico aquellos críticos o autores del género que sólo critican la CF?

Sí, creo que no saben leerla bien porque no pueden ponerla en contexto ni entrar en el verosímil de ese mundo. A veces, basta con permitirse volver a ser un niño para entender ciertas cosas.

02- ¿Qué le falta a la CF argentina? 

Mayor difusión y un buen trabajo “arqueológico” de archivo: una historia del arte.

01- Nombrá a un autor de CF que nunca quisiste leer.

A Orson Scott Card, por facho.

00 - ¿Existe Dios?

Sí, pero no es Dios. Es una meta-mente. Una Internet con esteroides.

martes, 3 de noviembre de 2015

MARTE: TAN LEJANO…..Y TAN CERCANO por Ricardo Cica


Desde que la humanidad existe como tal, siempre sintió la necesidad de comprender y explicar todo aquello que formaba parte de su entorno. Y la bóveda celeste no fue la excepción: al mirar a los cielos quedó cautivada por los astros y las estrellas, y así entendió que esto directa o indirectamente, tenía influencia en sus vidas. Las diferentes estaciones, los solsticios, las mareas y crecidas de los ríos (a cuyas orillas se ubicaban sus aldeas) determinaban las cosechas y las siembras, factores esenciales para su subsistencia.
De esta forma, todas las culturas se forjaron paralelas al cosmos que los rodeaba. Stonehenge, en Inglaterra, es el caso típico: desde tiempos neolíticos estas poblaciones dedicaron esfuerzos tremendos (durante muchas generaciones) para entender su mapa celestial. La pregunta que siempre se formuló el hombre moderno es: ¿Stonehenge era un templo o un observatorio de la antigüedad? Para encontrar la respuesta debemos partir de la lógica de sus constructores y no la del hombre moderno. Para nuestros ancestros no existía diferencia entre ciencia y religión, ambas eran lo mismo: no había una separación entre astronomía y astrología, eran complementarias. Stonehenge (siempre presumiblemente) era tanto un “templo” (para adorar a los astros) como un “observatorio” astronómico (para elaborar un calendario).
De igual forma la ubicación de las pirámides de Gizeh en Egipto reproduce un mapa celestial donde en la cosmovisión egipcia se entremezclaban creencias religiosas  con conocimientos estelares.
También los antiguos pueblos mesopotámicos profundizaron estos conocimientos astronómicos/astrológicos llevándolos a un nivel de precisión de fenómenos celestes prácticamente similar al que poseemos hoy en día.
Sus herederos los griegos (y posteriormente los romanos) también siguieron en la misma línea al concebir el universo. Y es en esta misma lógica (que combinaba mitos y ciencia) donde surgió el modelo de ver en los planetas que nos rodeaban a sus dioses, llamándolos por sus nombres míticos:

Dios griego                     Nombre romano/planeta

Zeus                               Júpiter
Poseidón                        Neptuno
Hades                            Plutón
Afrodita                        Venus
Hermes                          Mercurio

Pero fue puntualmente un planeta (próximo al nuestro) el que ejerció una fascinación única en los hombres: Marte.
Aun hoy continúa cautivando nuestra atención… ¿A que se debe esto? ¿Quién era Marte? ¿Porque se llamó a este planeta con el nombre de dicho dios?

El hombre conoce el planeta rojo desde hace 4.500 años, cuando los asirios lo registraron. 
Para los griegos, el movimiento de Marte sugería caos y desorden, las expresiones máximas de la guerra. Por ello bautizaron al planeta con el nombre del dios de la guerra, Ares. Posteriormente, los romanos lo llamaron Marte, su propio dios guerrero. Seguramente, identificaron el color rojizo del planeta con escenas sangrientas. Aún hoy, el símbolo que los astrónomos utilizan para referirse a Marte representa el escudo y la lanza del dios de la guerra.
En 1877, tras una aproximación máxima de Marte a la Tierra, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli describió por primera vez unos surcos rectos en la superficie que llamó “canali”.
Estos canales dieron rienda suelta a la imaginación para suponer la existencia de vida inteligente en este planeta.
Fue así que durante todo el siglo XIX y principios del XX en novelas, radio y cine surgieron numerosas obras referentes a la vida marciana:

 La guerra de los mundos (1898) de H.G. Wells 
Un viaje a Marte (1910), de Thomas O. Edison
'Una princesa de Marte' (1917) de Edgar Rice Burroughs
Aelita: reina de Marte (Yakov Protazanov, 1924) cine
La guerra de los mundos (1938) emisión radiofónica de Orson Welles versionando la novela de H.G. Wells
'Crónicas marcianas' (1950), de Ray Bradbury
El terror del más allá (Edward L. Cahn, 1958)
La furia del planeta rojo (Ib Melchior, 1959)
Robinson Crusoe en Marte (Byron Haskin, 1964)
-'Desafío total' (1990). Paul Verhoeven 
'Marte rojo' (1993) de Kim Stanley Robinson
-'Mars attacks' (1996). del director Tim Burton
-'El marciano' (2011) de Andy Weir
John Carter (Andrew Stanton, 2012)

Marte se convirtió así en el planeta invasor y también el planeta invadido, el planeta conquistador y el planeta a conquistar por la Tierra, el lugar hostil y el lugar prometedor de un futuro para la humanidad en una tierra agonizante.
Una visión ambigua, confusa y contradictoria. ¿Por qué?
En pocas palabras, ¿qué significo y significa el planeta Marte para la humanidad?
Marte es “el Otro”, es mi “Prójimo”, el planeta hermano a mi hogar (la Tierra) por ende, mi vecino. Es similar a lo mío pero al mismo tiempo es lo diferente. Nos identificamos con él pero al mismo tiempo desconfiamos de él.

En definitiva, Marte siempre fue y seguirá siendo mucho más que nuestro planeta vecino, es nuestro espejo, ese “otro” donde proyectamos nuestros miedos, nuestras esperanzas, nuestras fantasías y anhelos.