viernes, 3 de octubre de 2014

CIENCIA FICCIÓN,
HENDIJA A LA CIENCIA
 por Lucila Albert



 Compartimos con los lectores el artículo escrito por nuestra amiga Lucila Albert que vive en Lanús y es estudiante de Medicina. La presente nota fue escrita originalmente como una monografía en el año 2009 para la que era su escuela secundaria entonces, y explora las nociones más importantes del género con gran lucidez.

I. CIENCIA FICCIÓN, HENDIJA A LA CIENCIA.
     
¿Quién no, alguna vez en su vida, se ha sentido preso de la curiosidad al ver cuántos avances científicos son desarrollados, muchas veces sintiendo cierta impotencia que causa no entender absolutamente nada de los fundamentos teóricos , y mucho menos comprender los procesos que se llevan a cabo para desarrollarlos? Quien se haya sentido parte de este amplio grupo de sujetos en el mundo, no habrá dudado en hallar ciertas respuestas en las ficciones escritas por sus autores, favoritos y no tanto, que pudiesen clarificar lo que la Ciencia estricta no ha logrado…
    También está quien por placer se ha adentrado en mundos estrafalarios que permiten ver una fracción de lo que en la vida real científica se desarrolla… Cualquiera sea el móvil que lleva al ser humano a relacionarse con la Ciencia Ficción, no hace falta esperar demasiado para detectar la maravillosa conexión entre lo real y lo ficcional, lo cierto de lo probable, lo humano racional de lo imaginado y surreal… El entrelazamiento de la Ciencia y la Ciencia Ficción. Y para dar comienzo a esta fusión ciencia –ficción, ¿por qué no hablar de, por ejemplo, robótica? Si hemos llegado a un nivel de desarrollo en el cual no se puede asegurar que el autor de este escrito es, en efecto, un humano o una máquina…Los primeros esbozos de producción robótica primitiva, entendiéndola como la creación de entes virtuales o mecánicos artificiales, datan aproximadamente del Siglo IV A.C., con la materialización de las primeras máquinas autómatas, dedicadas a exonerar a los seres humanos de realizar ciertas tareas tediosas. Desde entonces, la humanidad ha contado con innumerables artífices de producción científica, quienes han diseñado, proyectado y concretado modelos de funcionamiento autónomos, algunos con éxito, otros relegados al olvido, algunos de ellos tomados de una idea previa y corregidos, otros producto de una intensa imaginación y ardua labor.
    Puede considerarse entonces el origen y desarrollo de la idea de la robótica un proceso remoto y constante en la historia de la Humanidad. Sin embargo, más remotos aún son los
testimonios escritos sobre artefactos que fuesen serviles a la raza humana y que actuaran por sí mismos. La Mitología Griega, antes que nadie, relata una leyenda en la cual Hefesto crea mujeres mecánicas de oro para ayudarlo en su fragua, capaces de llevar a cabo tareas muy complicadas,
puesto que las había hecho muy hábiles. A partir de estos relatos mitológicos, se puede observar una línea de producciones, de carácter científico - ficcional, que corre simultáneamente, incluso adelantándose a veces, a la línea de producción científica que desarrollan los expertos. Así, podemos mencionar, entre los cuantiosos personajes que han aportado a la producción de Ciencia Ficción, a Isaac Asimov, reconocido escritor, quien, entre otras destacadísimas participaciones en el desarrollo de la actividad científica, introdujo en la segunda mitad del siglo XX las bases que luego servirían de modelo para las futuras investigaciones en Ingeniería Genética, las denominadas “Leyes de la robótica”. Y existen desde luego muchos autores más, cada uno de ellos con su aporte a la posterior evolución de lo que constituiría la robótica actual.
    La robótica solo es uno de los tantos ejemplos en materia de campos de investigación
científica en la cual se ve reflejado cómo la Ciencia Ficción se ve involucrada en los procesos de producción concretos y divulgación científica. Estos elementos constituyen en sí tres niveles en los que se propicia la comunicación científica. La Ciencia Ficción es quizás uno de los más efectivos, por la simplicidad en la comprensión: permite abordar fácilmente y de una manera creativa, en distintos contextos, postulados que pueden ser en esencia complejos, aún a costa de la verosimilitud temática.



II. LA CIENCIA FICCIÓN COMO UNA VÍA EFECTIVA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA.

    La Ciencia ficción difiere de la divulgación y publicación científica por ser un “arte” en sí misma, un género temático que, por medio de distintos vehículos, ya sea literatura, cine, revistas, o televisión, encuentra su llegada en todo tipo de contextos y audiencias.
Como temática narrativa, la Ciencia Ficción posee dos ventajas destacadas que la convierten en “especial”:
  
  Por un lado, permite formular suposiciones arriesgadas, reformular conceptos ya desarrollados, dar otra perspectiva a lo previo, cuestionar los impactos de la Tecnología sobre los modelos de sociedad actuales y la humanidad, revisar los impactos en la historia para ejercer críticas constructivas y así diseñar y proyectar a futuro soluciones propicias a la situación. Es la “Literatura de ideas”, basada en la formulación de la pregunta: “Qué sucedería si…?” frente a hipótesis prematuras en desarrollo o insustentables en cierto período histórico – temporal.
    Pero, por otra parte, la ciencia ficción ofrece unas posibilidades casi inagotables de  maravilla y admiración ante los nuevos mundos y seres, las nuevas culturas y civilizaciones, las nuevas posibilidades de la ciencia y de la tecnología, que nos abren los ojos de la imaginación a un nuevo universo que contemplamos anonadados, adentrándonos en lo impensable. Esta característica es la que la convierte a la Ciencia Ficción en una de las especies literarias más atractivas a la lectura, así como otros géneros que poseen la misma cualidad. Es por estas dos razones que la Ciencia Ficción pierde valor de simple relato ficcional para pasar a cumplir un rol activo en la divulgación de complejos procesos científicos, en un lenguaje llano, a veces coloquial, accesible en todo sentido.


III. LA RECIPROCIDAD ENTRE LA CIENCIA FICCIÓN, LAS SOCIEDADES Y LA CIENCIA.

    La Ciencia Ficción, hasta ahora, ha sido tratada como el vehículo más eficaz que tiene la
Ciencia en general para ser transmitida a las sociedades del mundo. Ahora bien, ¿Qué impacto tiene en las sociedades ver reflejadas aquellas suposiciones maravillosas, que en un principio se formularon sobre un sustento de cristal, o incluso imaginar que ciertas predicciones, tal vez un poco aterradoras, se vean concretadas en un futuro incierto? Tomemos como referencia obras de ciencia ficción como “La pradera” de Ray Bradbury, donde la casa inteligente devora a sus integrantes, o temáticas como la procreación humano - robot, como en el caso de “La semilla del demonio” de Dean Koontz; o incluso obras llevadas al cine como “Alien” o “Star Wars”, que si bien cruzan el plano de la ciencia ficción y se entremezclan con la fantasía, lanzan ciertas disparadores al espectador: ¿Qué tal si ciertas predicciones nefastas se concretan? ¿Las predicciones de la Ciencia Ficción pueden ser aplicables en la producción científica, de modo que ésta reconsidere, rectifique y reformule hipótesis y resultados?
    Las respuestas, claramente sean positivas o negativas, no se encuentran en las mismas obras, ni tampoco en la ciencia en sí misma. Lo que generan las preguntas son nuevos disparadores, no sólo utilizables para los propios escritores de ciencia ficción, sino también y principalmente para los protagonistas del día a día: los seres humanos, quienes se maravillarán o atemorizarán, o plantearán dudas respecto a la literatura de la cual se nutren, haciendo más que efectivo uno de los objetivos de la Ciencia, que es la divulgación.



IV. PREDICCIONES EN EL SIGLO XXI.
    Dado el estado de la Ciencia en la actualidad, con sus constantes avances a pasos agigantados, los autores de Ciencia Ficción pueden sentirse “libres” de crear, hacer y deshacer con temáticas de lo más estrafalarias.
    Ya hemos visto materializarse muchas de las ideas trabajadas por escritores famosos de Ciencia Ficción: se ha logrado construir robots de apariencia humana, tal y como Asimov lo anticipó en el siglo XX; se ha logrado evolucionar en materia de medios de transporte, de acuerdo a los viajes increíbles realizados por los personajes de las novelas de Julio Verne; se ha llegado incluso a concretar manipulaciones genéticas (tal y como lo describiría en 1896 H.G. Wells con “La Isla del Dr. Moreau), se logró globalizar al mundo a través del mundo virtual (Como lo anticipó Bioy Casares en “La invención de Morel”), y la lista puede proseguir con el paso del tiempo. No debe ser sorpresa entonces, para las sociedades futuras, ver aquello que hoy, en pleno siglo XXI se cree categóricamente imposible…¿Qué tal si, en un futuro no tan cercano pero tampoco tan distante, los científicos materialicen, por ejemplo, aquello que Einstein postuló en 1905, con el primer esbozo de la Teoría de la Relatividad? Aquello que Herbert. G. Wells presentó de manera atrapante, inquietante y sugerente en su novela “La máquina del tiempo”, aquello que hasta en los cómics y dibujos animados se ve atractivo, aquello que popularizó y estableció la televisión, con series de lo más estrafalarias pero basadas en producción científica teórica, como “Lost”, que ha trascendido las fronteras norteamericanas para convertirse en un suceso mundial.
    Una semana atrás los medios y el mundo entero estaban expectantes ante la desaparición completa de un avión y su tripulación; los seguidores más fervientes de la serie americana establecieron analogías entre este suceso, REAL, y el suceso que dio origen a la trama “FICTICIA” de Lost… En varios foros se ha comentado que los sucesos son similares…
¿Estaríamos, pues, en presencia de un fenómeno, previamente presentado por la Ciencia Ficción basada en Ciencia Teórica, que se haya “vuelto real”, aun siendo impensables las condiciones? Si esto llegase a ser cierto, ¿Acaso también no estaríamos ante un fenómeno de viajes en el tiempo? ¿Qué sucedería llegado el caso que se concretase la posibilidad de hacerlos? ¿Quiénes serían los “agraciados” que pudieran hacer uso de esto? ¿Cómo transcurriría la vida a partir de este descubrimiento? ¿Seríamos muy distintos de lo que somos ahora? ¿Seguiríamos existiendo en las mismas condiciones actuales?... ¿Seguiríamos
vivos?... Definitivamente los cuestionamientos son miles. Los disparadores son centenares.
    Las personas son millones, las hipótesis falsables, demasiadas. Las verdades universales, muy pocas…
    Por ahora.
    En conclusión, los autores de Ciencia Ficción asumen una gran responsabilidad, pues funcionan como un puente de conexión entre la Ciencia y la vida corriente. Quedará en manos de los lectores discernir lo humanamente posible y factible de desarrollar de manera formal, de aquello que simplemente responde a un deseo (o no) por parte de los “imaginadores por excelencia”: los escritores.


                                                                                                      © 2009, Lucila Albert.

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