viernes, 28 de agosto de 2015

Abel Mateo: Un olvidado del policial argentino

La literatura argentina abunda en grandes olvidados que antes o después terminaron desenterrados de la amnesia general. Pero aún no le llegó el turno a Abel Mateo, escritor de novelas policiales que se ubica entre los pioneros de un género hoy en auge, pero que en los años 30 representaba casi un gesto de excentricidad.


Por Gonzalo Santos

Fotos olvidadas. A sus obras editadas, hoy inhallables, se suma una gran cantidad de inéditos, entre los que figuran La novela humana (cinco tomos), un libro de ensayos.
Fotos olvidadas. A sus obras editadas, hoy inhallables, se suma una gran cantidad de inéditos, entre los que figuran La novela humana (cinco tomos), un libro de ensayos. | Foto: Cedoc
Abel Mateo pertenece a esa categoría de escritores a los que el tiempo suele reducir a mero significante: ítem de algún listado. Apenas un nombre entre otros nombres. Los críticos le han puesto una etiqueta, lo han inscripto a una tradición –policial de enigma– y se han ido a ocuparse de la deconstrucción de otras intrascendencias. Su obra, huérfana de tesis, de estudios, carece de aquello que la haría visible al investigador, y su novela Con la guadaña al hombro (1940) ya ni siquiera ocupa ese lugar fundacional en el que la había puesto Donald Yates: otros investigadores han encontrado antecedentes de la novela policial en la década del 30 –El enigma de la calle Arcos (1932) y El crimen de la noche de bodas (1933)–, y luego Román Setton ha ido más lejos: los ha visto en el siglo XIX.
Ya sin ese lugar privilegiado, Mateo fue progresivamente olvidado, como si no hubiese tenido más mérito que ése: el de dar inicio a una tradición.

Para el crítico Jorge Lafforgue, autor junto con Jorge B. Rivera del clásico ensayo Asesinos de papel (1977), si bien “sus empeños no fueron revolucionarios (Borges, Walsh), ni brillantes (Bioy, Pérez Zelaschi, Martini, Piglia, De Santis), su actual borramiento es inmerecido”. Si revisamos diccionarios (de Adolfo Prieto a César Aira), manuales diversos e historias  (en la canónica de Enrique Anderson Imbert, que supo cultivar el género en la misma época que Mateo, apenas aparece su nombre incluido en una enumeración), es ninguneado una y otra vez.
En la página de la Biblioteca Nacional, donde debiera estar su biografía dice: “Es el autor que más ha escrito en la tendencia policiaca”. Eso es todo. Ni siquiera figura la fecha de su deceso, y las obras inéditas que consignan están incompletas. “Eso es algo que copiaron de la solapa de un libro suyo que parece pirateado”, dice Mariano Buscaglia, un amigo e “investigador amateur” –así se define–, que hace poco, y luego de una ardua pesquisa, ha podido dar con uno de los hijos de Abel: Fernán Gonzalo, cuya memoria es tal vez el único dispositivo que almacena alguna información sobre la vida de su padre.

Empecemos, pues, por el comienzo. Abel Mateo y Fernández –ése es su nombre completo– nace en Buenos Aires en 1913 y a los tres años se va a Uruguay, país en el que estudia –Filosofía o Letras: Fernán no está seguro– y en el que permanece por casi 25 años, pese a lo cual “siempre se sintió Argentino”, cuenta su hijo. “De hecho, a los 18 años viene a Buenos Aires sólo para hacer la colimba; luego se vuelve. Era muy nacionalista”.  
A pesar de que no necesitaba trabajar –su padre era un empresario en condiciones de ahorrarle ese flagelo injusto–, en Montevideo tenía una librería, Salamanca, donde se hacían cócteles y se juntaban a hablar de literatura con algunos escritores entre los que estaba Eduardo Mallea e Ignacio Anzoátegui, que era uno de los mejores amigos de él. Tal vez por esa amistad –se sabe que el polémico autor de Vidas de muertos defendió el nazismo–, y quizás por otros rumores, “un día fueron a la librería el canciller uruguayo y el embajador británico”, cuenta Fernán, “y el embajador le dice a papá que había comentarios de que él era proalemán, que quería sacarse la duda, etcétera, y papá le dijo: ‘Bajo ningún punto de vista soy proalemán. Pero sí le puedo decir que soy antibritánico’”. Acto seguido le clausuran la librería y lo meten preso por un tiempo.

A los 27 años, en 1940, y con el seudónimo “Diego Keltiber”, publica su primer libro: Con la guadaña al hombro, con el que abre –Jorge Lafforgue dixit– el período clásico de nuestra narrativa policial. La novela, que fue financiada por él mismo –y cuya tirada, estima Fernán, no superó los mil ejemplares–, pronto empezó a recibir comentarios elogiosos, sobre todo de intelectuales norteamericanos: Anthony Boucher, el conocido editor, la califica de “obra maestra” y la compara con la obra de Ellery Queen; la revista Publishers Weekly la juzga “extraordinaria”, la lee como “un llamado de atención contra el fascismo en Argentina”, y afirma que es “la primera entre las novelas argentinas largas de tipo deductivo”, aseveración que luego hará suya Donald Yates en su libro The Argentine Detective Story (1960).

La novela, hoy inhallable –a pesar de la crítica extranjera, nunca fue reeditada: el “satelismo cultural” del que hablaban algunos contornistas a Mateo nunca llegó–, es un mamotreto de casi quinientas páginas que se inicia con un homicidio: una señora modifica su testamento y, acto seguido, aparece muerta. La sospecha recae, por supuesto, en los nuevos beneficiarios, entre los cuales hay varios políticos. Pero todos van siendo asesinados por un “desconocido” que deja juguetes en la escena del crimen y que en cada capítulo parece ser un personaje diferente. La intriga se complica tanto –y de forma tan brillante– que el final tal vez no logra satisfacer las expectativas, pues, como él mismo escribirá en El asesino cuenta el cuento (1955), “es casi imposible obtener desenlaces brillantes en el género policial, sobre todo cuando las cosas se han complicado mucho”.

Entre los personajes es inevitable destacar a Bernal Cheste –clara alusión a Chesterton–: un detective porteño de gran erudición e ingenio, irónico y reticente, por momentos enigmático, que reaparecerá en obras posteriores, pero que no correrá la misma suerte –en términos de fama– que otros pesquisidores más afortunados, como Don Frutos, Isidro Parodi o el Laborde de Peyrou, entre otros.

Ahora bien, unos años después de esa auspiciosa ópera prima, Abel Mateo consigue el puesto de representante de la editorial Emecé en Uruguay, se casa, y al poco tiempo le ofrecen venir a Buenos Aires como director de ediciones. El acepta y le transfiere la librería a su amigo Adolfo Linardi Montero, quien se asocia luego con Juan Ignacio Risso Suárez (posteriormente, la librería será rebautizada como Linardi y Risso y se convertirá en una de las más prestigiosas librerías anticuarias de Latinoamérica). Ya de este lado del charco, se instala en la localidad de Martínez: entre Paunero y Vieytes.
Entre sus labores como editor, ha estado al frente de la famosa colección Grandes Novelistas, pero “en su primera época”, aclara Fernán, “cuando esa colección aún publicaba buenos autores, como Kafka o Camus. Después se va papá y empiezan a publicar a cualquier autor. Cuando estaba él un best seller ahí no entraba ni por putas”.
De hecho evaluaba el material con tanta rigurosidad que, naturalmente, se hizo de varios enemigos. Silvina Bullrich, por ejemplo, “lo odiaba”, cuenta Fernán. “Una vez llevó un manuscrito a Emecé, pero no se lo publicaron. Fue a hablar primero con Bonifacio del Carril, que era el que puso a papá donde estaba, y luego se encaró con papá: ‘¿Por qué no lo publicó?’, le dijo. ‘Porque está mal escrito’, le respondió papá. El era así”.  

En 1948 publica la que tal vez sea su obra más conocida: Un viejo olor a almendras amargas, una pieza teatral escrita unos años antes, a la que el investigador Román Setton juzga como “una de las mejores obras policiales paródicas de la literatura argentina”. Estrenada en 1954 en el teatro Patagonia por la compañía Teatro del Medio Siglo, esta obra de Mateo logra una síntesis dialéctica en la que concilia su carácter “antibritánico” con su admiración por los policiales ingleses de enigma, y coquetea con algunos pirandellismos metaficcionales y procedimientos humorísticos que configurarán buena parte de su obra posterior. Resumiendo bastante, el texto, que no escatima intertextualidades, se desarrolla en una casona londinense en la que se reúnen los miembros de la Sociedad de Amigos del Crimen –el nombre remite a una obra de Sade– a discutir sobre asuntos policiales. Entre ellos está el autor del drama –lo que, en la terminología de Ducrot, se identificaría como el “locutor”, es decir, aquel que se responsabiliza de la enunciación, en este caso de la obra– que al inicio se presenta como tal ante el público y luego pasa a actuar junto a los demás personajes, quienes, para matar el tedio, deciden “representar una obra criminal”, y le proponen a él que les asigne roles distintos: “El asesino genial”, “el canalla inocente”, “la ingenua sospechosa”, etcétera. Pero la representación se interrumpe, casi antes de empezar, con la entrada de otro personaje y con el posterior homicidio que ocurre ahí dentro; aunque en cierto sentido continúa en otro plano ficcional. Ante la incapacidad del inspector de Scotland Yard y de otros detectives privados que parodian algunos estereotipos de la novela inglesa, el crimen lo termina resolviendo un espectador.

Pero volvamos a la vida de Abel. Además de ser editor en Emecé, tuvo otros trabajos que resultan desconcertantes, como el de asesor en el Consejo Agrario y en la petrolera Astra. “También trabajó con Perez Companc, pero no sé qué hacía… Hablar, seguramente”, opina Fernán, quien recuerda que durante la década del 50 también colaboró con varios medios gráficos como el diario La Nación, la revista El Hogar, PBT (donde tenía las secciones “Filosofismas al contado” y “Del asesinato como recreo intelectual”); y Caras y Caretas, donde hacía reseñas de libros, aunque también llegó a publicar una nouvelle: La casa del grito pelado, que pronto reeditará una pequeña editorial independiente.

Respecto de la publicación de libros, en esa misma década, y más precisamente en 1953, Mateo publica El asesino está en la cárcel con el seudónimo “Ameltax Mayfer” y dos años después El asesino cuenta el cuento: una serie de relatos prologados, como siempre, por “Walter Ego” –otro de sus seudónimos–, en los que abundan las reflexiones sobre el cuento policial, y donde los artificios de la ficción terminan colonizando lentamente a la realidad, imponiéndole sus moldes, algo por cierto similar a lo que ocurre en Reportaje en el infierno (1956), novela de la que Román Viñoly Barreto hizo en 1959 una versión para el cine, que Mateo aborreció –se dice que la adaptación nunca fue autorizada–, a pesar de la amistad que lo unía con el director uruguayo. En este texto, donde reaparece Bernal Cheste, el personaje principal es un periodista de policiales que tiene una revelación luego de la lectura de la Divina Comedia y decide pegarse un tiro en la sien para ingresar al séptimo círculo del infierno y entrevistar a los asesinos más famosos de la historia (aunque la bala le causa apenas una herida y termina en un manicomio: cosas que pasan).

En el mismo año que Reportaje en el infierno también publicó El detective original (El aire y Aldebarán), un libro de relatos que tiene como protagonista a Boanerges Cid, un excéntrico y ultracatólico detective rayano en el dislate, que ha sido, entre otras cosas, “profeta en el Atlas”, “tocólogo en Shanghai”, “contrabandista en Sierra Morena”, “visir en Bagdad”, y que a veces exhibe un humor absurdo que recuerda al de Macedonio Fernández.

Lo último que se editó de él, al menos en libro, fue El bosque y cinco árboles (1960), un volumen de cuentos encuadrados, como todo lo que ha escrito, en la tradición del policial de enigma. Del 60 al ’66, año en que muere luego de una infausta operación, no se registra ninguna publicación. “Lo que pasa es que en ese tiempo estaba preparando y corrigiendo los cinco tomos de La novela humana”, cuenta Fernán. Se trata de un conjunto de ensayos –algunos publicados en su momento en El Hogar– sobre literatura, historia y política. “Para mí es lo mejor que escribió”, afirma su hijo; pero hoy ese material continúa inédito junto a gran parte de su obra. Tal vez, como dice Jorge Lafforgue, sea hora de “hacer una revisión sobre Mateo, o quizá sea mejor decir un estudio, pues no tengo memoria de ningún análisis a su respecto”. 

Obra inédita completa

De acuerdo al recuento que hicimos con Mariano Buscaglia, la obra todavía inédita de Abel Mateo es casi tan voluminosa como su obra publicada. Además de esa monumental serie de ensayos –cinco tomos– llamada La novela humana, y de las galeras repletas de tachaduras y anotaciones de los libros editados –un gran orgasmo para la crítica genética–, en la casa de Fernán Gonzalo hay siete originales más, que él conserva hace ya cincuenta años: La acera de enfrente siempre es la otra (cuentos), El asesino juega el juego (cuentos), La casa del grito pelado (nouvelle), El señor de la barba tupida (humor), Cerezas por hierro viejo (cuentos), Cuando Cupido es tuerto (humor), Agua y juguetes en clave de sol (éste es el único título cuyo manuscrito no aparece), y La alfombra tiene un capricho (humor), a lo que se podría sumar también el libro Con la guadaña al hombro, hoy completamente inhallable, al igual que varias otras piezas imprescindibles del policial argentino. 

El laboratorio de los espejos

Mateo fue un autor que utilizó muchos seudónimos: “Walter Ego”, “Ameltax Mayfer”, “Diego Keltiber”, “Tales de Fulanez”, “Troyan Japrysh” y algunos más. En la década del 40-50 los escritores solían escribir con seudónimo, ya sea porque no querían desprestigiar sus nombres en novelitas apresuradas o por encargo, o por cuestiones editoriales (un apellido anglosajón siempre vendía más). Mateo, sin embargo, tenía una teoría para todo, como se ve en este pasaje del prólogo de El asesino cuenta el cuento: “Estamos de acuerdo en que el hombre tiene varias personalidades, según se mire él, o lo miren sus amigos, su mujer, sus jefes, sus hijos (…). Según es en realidad y según lo juzga Dios. (…). Pero el hombre es proteico de varias maneras. No solamente en la latitud de los otros-nos y en la longitud de la fama, sino también en su capacidad de crear –de segregar, casi mejor dicho– seres a su imagen y semejanza que asumen las responsabilidades de algunas manifestaciones biogénicas de la mente literaria. Es lo que el literato tiene de prodiós. Es su capacidad de dar vida pública a criaturas latentes en la memoria hereditaria –los personajes–, pero es también su facultad de eonizarse en seudónimos y anagramas, que se distinguen unos de otros –cuando son realmente distinguidos– y se diferencian en sus modos de ser y hacer. No se trata de fregolismo ni de cosmética, sino (…) de cariocinesis ontológica. Su sede natural es, por supuesto, el laboratorio de los espejos”.


miércoles, 19 de agosto de 2015

UNA NOVELA ESPAÑOLA DE MARCIANOS



  
Presentamos a continuación esta nota de nuestro colaborador y gran coleccionista Samuel Salomón, cuyo acceso a volúmenes antiguos, extraños y olvidados, le otorgan un papel preponderante como testigo y narrador de la Ciencia Ficción y Fantasía desde hace un siglo a esta parte.
por Samuel Salomón
Recientemente en una librería tuve la casualidad de encontrarme con un viejo libro que es otro gran ejemplo de Ciencia Ficción hispanoamericana. Se trata de UN MUNDO AL DESCUBIERTO (1928) de José María Salaverría, en el que se narra nada menos y ostensiblemente inverso a lo usual, un viaje de Marte a la Tierra, todo dentro de un marco notablemente marcado por el humor.
    UN MUNDO AL DESCUBIERTO  apareció dentro de la colección La Novela de Hoy (N°360, del 5 de abril de 1929) publicada por la Editorial Atlántida, de España, que paralelamente editaba dos colecciones dedicadas una a las magnas obras de la literatura universal y la otra a las de la narrativa española. 
    Cuando me encontré este maravilloso ejemplar de colorida carátula recocijóme fervorosamente ya que escasos son los ejemplos de literatura de anticipación de esa época en nuestro mundo hispanoparlante por comparación con el extranjero. Heme yo referido anteriormente al tópico de las novelas anticipatorios de la década del ’20 en alguna de mis otras grandes notas.
    Esta atípica novelette, tal cual lo he expuesto enfáticamente antes, describe un viaje desde el Planeta Marte a la Tierra. Y aquí vemos cómo nuestro autor expone el juicio que los marcianos se han hecho de los terráqueos, esto desde el punto de vista de una raza superior que descubre a otra muy inferior, todo visto según la perspectiva univisional del joven Fi. Este simpático marciano querrá realizar el viaje pensando en la fascinación de un mundo donde existen posibilidades tan dispares como el azar, el hambre, el amor, el crimen.

  Su autor, don José María Salaverría Ipenza (1873-1940) fue un creador particular: autodidacta, trabajó en toros oficios antes de dediacsre plenamente a  la literatura y al periodismo. Remarquemos que aparte de escribir para diarios de su país como, lo hizo para nuestro país publicando variados artículos en La Nación de Buenos Aires.
    Sin embargo UN MUNDO AL DESCUBIERTO se disfruta como un plato de gourmet, al menos para paladares exigentes y especialmente dotados como el mío. Ya desde el comienzo nos encontramos con una suerte de breve prólogo en el que los supuestos editores marcianos de este libro aclaran que han creído tener la obligación de explicar los sucesos que fueron origen de la influencia cada día mayor que el mundo mentiroso y bárbaro de Zú ha alcanzado en Tá.
    ¿Qué continúa luego de esto? La exposición realizada por el sabio Bi ante la Asamblea Suprema Marciana explicando con detalle cómo ha llegado a conocer el planeta Tierra y desde luego a sus extraños habitantes, y aquí desliza una explicación telescópica: mediante un curioso sistema de espejos capaz de acercar las imágenes cuanto uno desee. 
    Los marcianos, en la novela, llaman a su mundo Tá. Aprendemos que se trata de un planeta con una demografía más bien escasa así como lo son sus recursos naturales. Es por este motivo que los marcianos al contemplar la Tierra –que ellos llaman Zú- quedan fascinados con la enorme cantidad de agua, con la abundante vegetación, los alimentos, y por supuesto con la raza humana. Es gracioso como los muestra el autor confundidos cuando se asombran por la forma en que los terrestres comen, beben e incluso fuman. Y no entienden lo placentero del acto de fumar: sacar humo por un tubo blanco. Con respecto a nuestra forma de andar, los marcianos nos ven como bandadas de insectos que se mueven por simple estímulo animal. Si lo pensamos seriamente, nada equivocado este juicio si ustedes evocan cualquier mañana diaria cuando vamos al trabajo y solo hay andenes, medios de transporte y calles atestadas de gente que lo único que hace es desplazarse de un lado a otro.
    Enorme es su asombro asimismo cuando ven a un hombre que muere de hambre cerca de otros que viven en la riqueza y la abundancia. Esta escena es notable. Los marcianos no pueden entender de ninguna manera que entre los seres humanos existan los celos o el odio, y obviamente se quedan horrorizados cuando ven en un momento a un hombre que mata a otro por una mujer.
    El autor introduce también en su narración a los nanes, que son para los marcianos lo que los perros para nosotros, si bien en una escala cultural y de inteligencia se situarían por encima de los terrestres, ya que nosotros estamos como estaban ellos en la cuarta era, hace ciento ochenta mil años. En lo personal, puedo entender perfectamente esta situación dado mi alto coeficiente. Por todo esto, a lo largo de la novela asistimos principalmente al asombro perpetuo de los marcianos ante la ignominia humana, haciéndonos reflexionar hábilmente sobre características sobre las que no reflexionamos diariamente.
    Existe una idea muy bien analizada sobre la ironía del hombre proclamando buscar la salud y el bienestar y luego matándose en campos de batalla. Ante todo este horror, los Hermanos Superiores se reúnen para decidir si deben reducir a los terrestres a su obediencia o si, al revés, si deben limitarse a no permitir que sus compatriotas planetarios (complanetriotas) viajen a la Tierra, ese planeta terrible, tenebroso y detestable. Unos aducen que todo cuanto falta en Tá sobra en Zú, lo cual les serviría perfectamente, mientras los otros afirman que su contacto significaría la perversión fatal de sus costumbres y su forma de vida.
    Finalmente los marcianos quieren conocer más de nosotros y eligen finalmente enviar a la Tierra un explorador de forma que les suministre información de primera mano y al mismo tiempo tender un puente para la invasión, o sea una misión para la que se presenta voluntario el impetuoso joven Fi, nuestro simpático protagonista.
    Hay una escena divertida e irónica en la que Bi y Fi van al laboratorio del sabio para establecer los preparativos previos al viaje, el joven aquí confiesa a aquél que lo cierto es que le atrae la belleza de la Tierra se siente seducido por ese “estado de imprevisión, de semi ignorancia” en que viven los terrestres. Ese ése el motivo por el que quiere marchar a la Tierra pero también existe lo que falta en Marte: la alegría y el amor. 
    Encontrarme con UN MUNDO AL DESCUBIERTO ha sido todo un hallazgo jubiloso y ya fue a parar a mi ya de por sí vasta colección de volúmenes de Ciencia Ficción, y lo atesoraré con gracia y beneplácito. ♦

lunes, 17 de agosto de 2015

FICCIÓN DE GÉNERO COMO LITERATURA: LA FANTASÍA



Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creativa. ¿Qué derecho tenemos entonces de despreciar la imaginación?
Carl Jung

La fantasía pose la herencia más rica y larga de todas las formas que hay entre la ficción de géneros. De hecho, la fantasía bien podría ser la progenitora de la cual provienen los demás géneros. La costumbre que tiene la fantasía de tomar situaciones de la vida real y personajes y meterlos en un mundo donde lo inesperado (y lo inexplicable) sucede, ha tenido su eco en los lectores desde los primeros tiempos. 
Las primeras obras literarias de las que se guarda registro en la historia, eran de fantasía: la Epica de Gilgamesh, La Odisea de Homero, El libro de las mil y una noches (que presentaba las primeras andanzas de Silbad y de Aladino) y tantos otros incontables que fueron los prototipos sobre los cuales la literatura moderna se formó. 
Muchas de las obras de ficción popular y literaria más perdurables se encuadran dentro del marco de la fantasía, tales como La Muerte de Arturo de Sir Thomas Mallory, El Libro de la Selva de Rudyard Kipling y Ivanhoe de Sir Walter Scott.
A pesar de esto, la fantasía hoy retiene una imagen de inconsistencia literaria. Es tan probable que los profesores de inglés amontonen las novelas de fantasía junto a las de amor así como que las tomen en serio. 
La fantasía particularmente es notoria como la única forma de literatura que en consecuencia borra los límites entre la ficción adulta y la ficción infantil.  
Los libros de Lewis Carroll  Alice en el País de las Maravillas y Alicia a Través del Espejo, por ejemplo, desafían cualquier descripción desde que fueron publicados por primera vez hace casi 100 años. Estos libros fueron escritos incuestionablemente para una niña –la Alicia original, que era la hija de un amigo de Carroll- pero apuesto que son tan leídos igualmente por adultos que buscan una vía de escape a una época de más sencillez. 
Los libros escritos por Theodor Seuss Geisel bajo el seudónimo "Dr. Seuss", discutidamente los libros infantiles más populares de todos los tiempos,  pueden ser descritos únicamente y nada más que como fantasía. Sus mundos salvajes y coloridos, habitados por criaturas salvajes y coloridas, son el escenario de cuentos que poseen mérito tanto por su inventiva como por sus valores emocionales reales y sociales que exponen.  
Un ejemplo más moderno es el de J. K. Rowling con la serie de Harry Potter que –aclamada literariamente o no– causó algo así como una revolución en el mundo editorial. Mientras que están dirigidos también a un mercado juvenil/joven-adulto, se convirtieron en un modelo que marca “tendencias” leídos tanto por mundanos como por gente que le gusta todo lo que está de moda, de todas las edades. 
Últimamente, la fantasía viene gozando de una elevada popularidad, si no en aceptación en círculos literarios. 
La razón principal de esta popularidad es el inesperado éxito popular y de crítica de la serie de films El Señor de los Anillos, basado en las novelas de J. R. R. Tolkien. En una época las obras de Tolkien eran exclusivamente territorio de "tragas" y “freaks” y otros fans de la fantasía igualmente prototípicos, pero la inmensa popularidad de las películas convirtió a la obra en algo socialmente aceptable y que peretenece a la fantasía, por primera vez en la era moderna. 
La venta de novelas de fantasía se beneficiaron mucho con este cambio social, con las novelas originales de El Señor de los Anillos, la serie de Harry Potter y un sinnúmero de otros favoritos de la fantasía que se volvieron toda una fuerza en las listas de best-sellers. 
Incluso más recientemente, una obra de fantasía histórica (una forma híbrida de ficción que puede darse el lujo de agrupar fans especialmente dedicados), El Código Da Vinci, de Dan Brown, capturó la imaginación de todo el mundo. La novela, en Abril de 2005, estaba en la cima de la lista de más vendidos en tapa dura del The New York Times. Con la versión en tapas duras vendiendo tan bien, todavía no largaron al mercado la edición barata en tapas blandas. 
Es claro que la fantasía no está mostrando signos de disminuir en popularidad, aún cuando la elite literaria siempre tarde en acercarse a ella. ♦

jueves, 13 de agosto de 2015

CARLOS GARDINI: UN ORFEBRE DE LA LITERATURA FANTÁSTICA Y DE CIENCIA FICCIÓN


Carlos Gardini nació en Buenos Aires, el 26 de agosto de 1948 y es al día de hoy uno de los más importantes escritores fantásticos y de Ciencia Ficción de nuestro país. Hecho que además se correlaciona con su también brillante labor como traductor.
    Gardini cursó sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En realidad su pasión por las letras se remonta a su temprana juventud, pues comenzó a escribir ya a los dieciséis años. Sin embargo su carrera literaria comenzaría recién en 1982, cuando su cuento de CF Primera Línea ganó el premio del Círculo de lectores. Y vale aclarar que entre los miembros del jurado estaban Jorge Luis Borges y José Donoso. Durante 1981 y 1982 escribió crítica literaria en la revista EL PÉNDULO, donde también realizó varias traducciones excelentes y comenzó a publicar algunos cuentos, que se dividían parejamente entre el terror, la fantasía y una CF sofisticada.
    En 1986 recibió un galardón de gran prestigio, ya que la Universidad de Iowa le otorgó el título de Honorary Fellow In Writing y recibió la beca Fulbright para escritores. Más tarde, en 1987, participó como jurado en el concurso de cuentos Jorge Luis Borges, patrocinado por la Fundación Konex y el Fondo Nacional de las Artes.
    Hemos dicho previamente que además de su trabajo como escritor es un reconocido traductor, una profesión que realiza desde hace años. Gardini ha llevado a cabo traducciones para la Colección Nebulae, Ediciones B y Ediciones Gigamesh, entre otra y ha traducido del inglés a muchos de los autores más importantes de esa lengua, clásicos y modernos, tales como Henry James, Robert Graves, Cordwainer Smith, Isaac Asimov, J. G. Ballard, Charles Dickens, James Ellroy, Rachel Ingalls, Henry James, R. D. Laing, D. H. Lawrence, Ursula K. Le Guin, Tim O´Brien, Catherine Anne Porter, Dan Simmons, John Steinbeck, Gore Vidal y hasta una versión completa de los sonetos de William Shakespeare donde también aportó un prólogo y notas.
    La obra de Carlos Gardini como escritor es amplia. Curiosamente ha ingresado al género fantástico tardíamente en comparación con la mayoría de otros autores. Sin embargo pronto se vio todo su potencial y su fuerza narrativa. Con el paso de los años, su producción se fue tornando cada vez más madura y elaborada, e incluso fue abordando tópicos de la CF más clásica con una calidad estilística notable, lo que lo ha llevado al sitio de jerarquía que ocupa hoy. Parte de toda esta obra ha sido traducida a otros idiomas como el inglés, francés, japonés e italiano. Entre sus cuentos más logrados podemos citar a Cesarán las lluvias, Fuerza de ocupación, Hawksville, Primera línea o Fases. 
    
Bibliografía
Libros
Mi cerebro animal (cuentos). 1983.
Primera línea (cuentos). 1983.
Sinfonía cero (cuentos). 1984.
Juegos malabares (novela). 1984.
Cuentos de Vendavalia (cuentos infantiles). 1988.
El Libro de la Tierra Negra (novela). 1991.
Los ojos de un Dios en celo (novela). 1996.
El Libro de las Voces (novela). 2001.
El Libro de la Tribu (novela). 2001.
Vórtice (novela). 2002.
Fábulas invernales (novela). 2004.
La Ciudad del los Césares (cuentos). 2013.
Premios
Primer Premio del Círculo de Lectores por Primera línea, 1982.
Premio Konex - Diploma al Mérito, 1984.
Mención especial "Concurso Fantasía y Ciencia ficción", Ultramar/El Péndulo, 1987.
Premio Axxón por El Libro de la Tierra Negra, 1991.
Premio Más Allá por El Libro de la Tierra Negra, 1992.
Segunda mención "Premio Fundación Fortabat", género cuento, 1992.
Premio Konex - Diploma al Mérito, 1994.
Premio UPC por Los ojos de un Dios en celo, 1996.
Premio Ignotus por Timbuctú, 1998.
Premio UPC por El Libro de las Voces, 2001.
Premio Minotauro, mejor novela, 2004.
Premio UPC por Belcebú en llamas, 2007.

martes, 11 de agosto de 2015

Plutón y sus montañas heladas


Las sorprendentes imágenes que llegan desde Plutón muestran que el planeta enano posee en su joven superficie una orografía sin cráteres
Exitosamente la nave «New Horizons» se aproximó a Plutón, cerrando de esta manera la primera exploración de las partes más importantes del Sistema Solar. Por tal motivo la NASA rápidamente ha comenzado a publicar los resultados, mientras crecía la expectativa de los científicos, periodistas y esta vez del gran público gracias a la enorme publicidad que hubo.
El miércoles 15 de Julio la nave envió su primera «llamada a casa» con motivo de comunicar que se hallaba en buen estado tras el vuelo de proximidad sobre el planeta Plutón. Posteriormente el jueves la agencia espacial publicó como novedad una primera fotografía en alta resolución de la superficie de Plutón, una imagen global de su «hermano», Caronte, y también una fotografía de proximidad de Hidra, una de las pequeñas lunas, en la cual se sospecha que podría haber agua en forma de hielo. Todas estas sensacionales noticias parecen cumplir los sueños de la ciencia ficción.

NASA
Fotografía de Hidra, una luna de Plutón

Ante la primera avalancha de resultados, los científicos mostraron todo su entusiasmo sin disimularlo, y es que hasta ahora todo está saliendo según lo esperado. Alan Stern, jefe de la misión, expresó: «La "New Horizons” ya está trayendo resultados alucinantes». También opinó John Grunsfeld, que es uno de los administradores de la Misión Científica de la NASA, y con motivo de este éxito explicó: «Hoy hemos recogido las primeras muestras de este tesoro científico que hemos conseguido durante el vuelo de la "New Horizons", y les puedo asegurar que ha sobrepasado nuestras expectativas». Toda una declaración teniendo en cuenta la importancia de esta misión tanto tiempo planificada.



La misteriosa superficie de Plutón:
Estas declaraciones tienen que ver principalmente con un primer plano de la región ecuatorial de Plutón, en donde aparece una zona montañosa que posee picos de hasta 3.500 metros de altura. los científicos observaron detenidamente y estudiaron los resultados arrojados: la orografía registrada en las imágenes es muy peculiar, por lo tanto creen que esa región se formó hace menos de 100 millones de años, algo ínfimo comparando con los 4.500 millones de años de edad del Sistema Solar. 
Por su parte uno de los miembros del equipo de la misión, Jeff Moore, alegó que: «Esta es una de las superficies más jóvenes que hemos visto en el Sistema Solar». Esta circunstancia puede explicarse si el planeta enano es activo geológicamente. Esto significa que su corteza se mueve hasta el punto de originar deformaciones en la superficie y esto lleva a «repensar» lo que se sabe acerca de la actividad geológica de los planetas.



Caronte revelada:
Caronte siempre ha sido otro de los misterios del Sistema Solar, siempre atractivo para la imaginación fértil de los autores de CF. De hecho en años recientes, hay un par de cuentos de autores argentinos que tocan este tema: “Las sirenas cantan en el infierno” (AVENTURAMA #1, 1° de Enero 2009) y su continuación “¡Regreso a Caronte!” (AVENTURAMA #24, 15 de Diciembre 2009), ambos de Alfredo J. Grassi, así como “Fugitivos de la noche eléctrica”, de Fernando J. Ramos (AVENTURAMA #2, 15 de Enero 2009) que transcurren en el compañero de Plutón, lo cual demuestra que ha captado la imaginación incluso de nuestros autores. Pues bien, con el advenimiento de la llegada de la «New Horizons», gran sorpresa causó ahora entre los científicos el descubrir que Caronte carece de cráteres y que también posee una superficie joven. Gracias a una fotografía del objeto, tomada a 466.000 kilómetros, los científicos han encontrado una larga extensión de fracturas y valles de cerca de 1.000 kilómetros, que indican que la corteza en algún momento sufrió un proceso de fractura general. Como si fuera poco, también se encontró un cañón de entre siete y nueve kilómetros de profundidad, y en el polo del objeto, una zona oscurecida debido a la acumulación de compuestos orgánicos. 



Vale decir finalmente que entre estos últimos hallazgos de la «New Horizons», la NASA presentó una fotografía de Hidra, la luna más pequeña que orbita en torno a Plutón y Caronte, y que tendría un tamaño de entre 43 y 33 kilómetros. Los datos arrojados por los primeros análisis demuestran una superficie y una forma que son irregulares, y que sugieren la presencia de agua en forma de hielo. Todos estos datos hacen que en este momento, este planeta que tanto cautivó a las grandes mentes de la Ciencia Ficción y luego a sus lectores, sea objeto de tanto debate y atención.

viernes, 7 de agosto de 2015

LAS MEJORES HISTORIAS ALTERNATIVAS DE LA LITERATURA por Richard Davies


It Can't Happen Here (No puede suceder aquí), Sinclair Lewis 

Este género vibrante podría ser rebautizado como libros del “¿Y si...?”. ¿Y si los alemanes hubieran ganado la II Guerra? Si los confederados hubieran ganado la Guerra Civil en Norteamérica? ¿Y si la guerra fría se hubiera transformado en una guerra nuclear? Ustedes entienden.
Algunos nombres mayores –tales como Sinclair Lewis, Kingsley Amis, Michael Chabon y Philip Roth – imaginaron historias alternativas y ayudaron a darle al género credibilidad. También encontrarán en esta lista a Michael Moorcock, Kim Stanley Robinson y Philip K. Dick, así que no es cuestión de desechar estas historias alternativas a primera vista. Incluso el político norteamericano Newt Gringrich escribió una -1945, una novela con el tema de la post-guerra mundial– en colaboración con William R. Forstchen.
El rey indiscutido de las historias alternativas es el prolífico Harry Turtledove, que ha ayudado a llevar al género a la audiencia de la literatura mainstream. Sus series Southern Victory o Timeline-191 tienen a los Confederados venciendo a la Unión. Sus libros de Days of Infamy encaran el tema de Japón ocupando Hawai. En Agent of Byzantium muestra al Imperio Bizantino sobreviviendo. The Guns of the South postula a los Confederados equipados con rifles AK-47s por unos supremacistas sudafricanos que viajan por el tiempo. Él mezcla fácilmente fantasía y ciencia ficción por igual en sus relatos históricos alternativos. 
Esta selección tan particular de ficción mayormente proviene de la categoría “¿Y si...?” en donde la historia diverge de su senda y ha marchado en otra dirección. La lista trata de evitar novelas que ostentan viajes en el tiempo o universos paralelos donde pueden verse como sub-géneros. Con la excepción de The Difference Engine de William Gibson, esta lista también se aparta del Steampunk ya que esa puede ser otro cantar. 
El tema más popular de las historias alternativas es, lejos, la II Guerra Mundial; hubiera sido llenar la lista entera con libros donde los Nazis ganaron o el conflicto ha tenido un final drásticamente distinto. Sin embargo, hay autores que han evitado los sucesos globales de los siglos XIX o XX y prefirieron buscar otros “¡Y si...?”, por ejemplo Kenneth Oppel con Airborn en donde imagina qué hubiera ocurrido si las máquinas aéreas se hubiesen convertido en la forma dominante de viajar. 

25 Historias Alternativas Top de la Literatura.

The Wolves of Willoughby Chase (Los Lobos de Willoughby Chase), Joan Aiken:
Una historia alternativa del Siglo XIX en donde los lobos han emigrado a Inglaterra a través del Túnel de la Mancha. 


The Plot Against America (El Complot Contra América),Philip Roth :
Charles Lindbergh derrota en 1940 a Roosevelt y así, Lindbergh guía a los EE.UU. hacia el fascismo y el anti-semitismo. 

Pavane (Pavana), Keith Roberts 
Elizabeth I fue asesinada y los Católicos toman el poder... este libro está situado en un condado de Dorset feudal en 1968. 

Fatherland (Patria), Robert Harris:
Esta versión de la victoria Nazi se ubica en Europa y el holocausto no se conoce.


 The Man in the High Castle (El Hombre en el Castillo), Philip K. Dick :
Situada en 1962 luego de que la Alemania Nazi y Japón ganaron la II Guerra Mundial en 1948.


West of Eden (Al Oeste del Edén), Harry Harrison 
Primera parte de una trilogía de fantasía... imagínense si los dinosaurios no se hubieran extinguido. 

Pashazade, Jon Courtenay Grimwood 
Primera parte de la trilogía Arabesca donde el Imperio Otomano no se derrumba luego de un fin diferente de la I Guerra Mundial. 

The Bush Soldiers (Los Soldados de las Malezas), John Hooker 
Situada en Australia en el año 1943, Japón ocupa una gran parte de la costa de este país. Una rebelión surge en el aire. 



How Few Remain (Cómo Quedan Pocos),  Harry Turtledove 
Primera parte de la saga de la Línea Temporal-191, que muestra un mundo luego de que los Confederados ganaran la Guerra Civil en Norteamérica. 

The Alteration (La alteración), Kingsley Amis 
La Reforma no tuvo lugar, Martín Lutero se convierte en papa, Italia nunca se une… 



The Yiddish Policemen's Union (El Gremio de Policía Judío), Michael Chabon 
Una de misterio y asesinatos… Israel fue destruida y los judíos del mundo viven en un asentamiento en Alaska.  

The Burning Mountain (La Montaña Ardiente), Alfred Coppel 
El primer ensayo que hace Norteamérica con la bomba atómica falla y así, Norteamérica se ve obligada a invadir Japón en 1946. 

1862, Robert Conroy 
Gran bretaña se une a Johnny Reb en la Guerra Civil de EE.UU... y el conflicto se traslada a Canadá. Ver además 1942 & 1945 de Conroy.



Romanitas, Sophia McDougall
El Imperio Romano sobrevive hasta la actualidad y domina a la mayor parte del mundo. 



Airborn (Nacido para el Aire), Kenneth Oppel 
Naves aéreas y no los aeroplanos son el principal método de viaje global en esta novela. 


 SS-GB, Len Deighton 
Ubicada en Gran Bretaña, ahora ocupada por los Nazis… el título se refiere a la rama de las SS que controlan el país.  



Resurrection Day (Día de Resurrección), Brendan DuBois 
La Crisis Cubana de los misiles trepa hasta transformarse en una guerra nuclear y diez años después los EE.UU. todavía están tratando de recuperarse. 

For Want of a Nail (Por Falta de un Clavo), Robert N. Sobel 
La Revolución Norteamericana fracasa y los rebeldes derrotados escapan a México. 

The Execution Channel (El Canal de Ejecuciones), Ken MacLeod 
A Al Gore lo eligen presidente de Norteamérica y la guerra contra el terrorismo alcanza una nueva dimensión.  



Fire on the Mountain (Fuego en la Montaña), Terry Bisson 
El raid de John Brown’s Harper’s Ferry tiene éxito y enciende así una rebelión de esclavos en 1859.


Gloriana, or The Unfulfill’d Queen (Gloriana, o la Reina Incumplida), Michael Moorcock
Moorcock hace un trueque: cambia a la Reina Elizabeth I por la Reina Gloriana I de Albion, que gobierna un vasto imperio mundial. 


 The Two Georges (Los dos George), Harry Turtledove & Richard Dreyfuss
Gran Bretaña mantiene las colonias americanas luego de que George Washington y el Rey George III acuerdan una colonización.

Farthing (Más Lejos), Jo Walton 
Ubicado en 1949, Gran Bretaña negocia la paz con Alemania luego de que los Estados Unidos fracasan en brindar ayuda. 


The Years of Rice and Salt (Años de Arroz y Sal), Kim Stanley Robinson 
La Peste Negra mata a casi todos en Europa así que India, China y las naciones islamicas gobiernan casi todo.


The Difference Engine (El Motor Diferencial), William Gibson & Bruce Sterling
La revolución de la computadora tiene lugar a mediados de la Era Victoriana así que hay PCs que funcionan a vapor.

martes, 4 de agosto de 2015

ACCIÓN & FANTASÍA 12 “ESPECIAL GORILAS”: UN NÚMERO SALVAJE


La edición de ACCIÓN & FANTASÍA que marca la docena no es un número más. Según muchos lectores es de calidad “excepcional” por su despliegue dinámico con narraciones aceleradas, exóticas, colmadas de pilas de acción, para ser fieles al espíritu movedizo de esta publicación de su director Néstor Fabiani.
    De hecho el número se abre nada menos que con una novela inédita de Mariano Buscaglia. Y es que “ESCLAVOS DEL SATÁN DEL AIRE” es una mezcolanza de nazis, cerebros trasplantados, gorilas, yetis y dirigibles. Con semejantes condimentos podría figurar en los anales de las más históricas revistas pulp, sin embargo se trata del material producido hoy en día acá en Argentina. 
    “No publicábamos una novela entera y original desde nuestro primer número. Ésta era una buena ocasión” dice su director.
    “Kuruku el gorila violador de núbiles” de Fernando J. Ramos se presenta como una buena humorada. Situado en un planeta selvático donde una de las tribus nativas le pide ayuda a los colonos terrestres para que atrapen precisamente al gorila del título, una bestia lasciva que rapta y abusa de las jóvenes de la tribu. Está narrado con gran profesionalismo y sabe llevar la acción de a poco hasta el momento culminante. Ramos, a pesar de ser aún joven, comenzó publicando tempranamente en 1995 y desde ahí fue creciendo en su estilo siempre sarcástico.
    “King Kong Ping Pong” de Javier Roma es un ultracorto en donde el famoso King Kong y un robot gigante se trenzan en una pelea a muerte en la ciudad de Buenos Aires. El énfasis está puesto en lo grotesco y lo logra por medio de un humor ácido y de escenas reconocibles para el lector: la Casa Rosada, el Obelisco, etc. Aquellos que se divierten con lo espectacular, que disfrutaron Titanes en el ring y las escenas grandilocuentes de Sábados de Súper Acción, paladearán esta pequeña pieza corrosiva, como todas las de su autor.
    Y para adornar esta edición, encontramos dos clásicos bien apropiados para un especial gorilas. “El gorila prófugo” de Abel Mateo (1953) comienza así: 

    “Aquel viejo circo junto al río había dado mucho que hablar en New-Babel. Era un circo famoso, desde luego: pero había sido más un circo popular que un circo prestigioso. Naturalmente, había en él hombres y mujeres de casi todas las naciones, pero, a pesar de ello, casi toda su propaganda se basaba en sus animales”. 

    Sabiendo que Mateo era un gran humorista lleno de intencionalidad política, ¿qué sucede si reemplazamos la palabra “circo” por “país”?. En efecto, este relato, como todos los suyos, tiene dos lecturas: una superficial contando una aventura entretenida de toques grotescos, y otra lectura metafórica donde Mateo se despachaba para repartir con gran humor críticas a diestra y siniestra sobre las bajezas de nuestra sociedad. En “El gorila prófugo” nos encontramos con la historia aparente de un circo misterioso, una adivina, un asesinato y un gorila prófugo, tal como lo proclama desde el comienzo.
    Por último tenemos a Ernesto Castany, todo un respetable autor de la literatura argentina, instigador de géneros, creador de aventuras, Ciencia Ficción, policiales, terror. En “Fuga de amor” (1955), asistimos a una perfecta road-story en donde un extraño gángster, producto de un experimento de laboratorio, se transforma en un homínido que roba dinero, mata, y luego huye y secuestra a una joven pareja de adolescentes para huir en su automóvil por las rutas de la provincia de Buenos Aires.
    Como si esto fuera poco, una deliciosa historieta vieja: “El gorila azul”, en la que una partida de exploración va a África en busca de un mítico gorila azul. Dibujos estilizados y excelentes para contar una historia tradicional, algo previsible pero que entusiasma. ¿Por qué un “Especial Gorilas” entonces? 
    “¿Y por qué no?” sonríe Fabián Thorné, el productor ejecutivo. Su explicación sencilla no carece de gracia, y luego nos apunta sonriente, expandiendo su concepto: “Los gorilas parecen ser un tema siempre atrapante porque causa impacto y misterio, y si mezclamos eso con lo fantástico, entonces tenemos un sándwich irresistible” dice. Y Fabiani agrega: “Bah, no hay porqué sorprenderse. Todos los grandes autores de aventuras estuvieron obsesionados con estas bestias salvajes; Gastón Leroux, Edgar Rice Burroughs, Emilio Salgari, el capitán Mayne Reid, todos”. Y parece una explicación más que convincente, a juzgar por la fabulosa portada con un gorila colgado de un zepelin. Para muestra basta un botón, dicen a veces. Y en este caso, para muestra basta un gorila. ♦