Cuestionario Cuenta Regresiva

-Néstor Darío Figueira-

Néstor Darío Figueiras, (Buenos Aires, 18 de noviembre de 1973), es un escritor, músico, productor musical e ilustrador aficionado argentino. Su producción literaria se enmarca principalmente dentro del género de la ciencia ficción, aunque también ha escrito obras de terror y fantasía. Más información aquí.

Sus direcciones de contacto son las siguientes: 

http://www.facebook.com/nestordariofigueiras

https://twitter.com/DarioFigueiras

10-¿Recordás cuál fue el primer libro del género que te voló la cabeza?

Dos textos: un cuento de Ángel Arango, “El planeta negro”, y “La ciudad que no existía” del autor de literatura fantástica juvenil Philippe Ebly.

09- ¿Cuál fue la primera película de CF que viste en tu vida?

“2001: una odisea del espacio”, en el cumpleaños de un amigo de la escuela primaria.

08- De los llamados subgéneros de la CF, ¿Cuál es de tu preferido? Por ejemplo: Espadas y Planetas, Steampunk, Post-Apocalíptico, Space Opera, Viajes en el tiempo, etc.

No tengo un subgénero, ni tema de la CF predilecto. Tengo una lista de obras preferidas, las cuales incursionan en varios de ellos. Pero me inclino por el ciberpunk y la ucronía.

07- Tenés la máquina del tiempo lista para poner en marcha, ¿a qué época o año?

Difícil elegir una sola. Tiro varias: siglo VI A.C. (los presocráticos en Mileto), siglo III A.C. en la biblioteca de Alejandría, o cualquiera de las tres primeras décadas de nuestra era en Galilea. O el futuro distante, como hizo el viajero de Wells.

06- ¿Qué creés que ganó la CF y qué perdió desde su inicio a hoy?

Ganó, por sobre todas las cosas, un lugar importante en la cultura popular, sin que le importe ya la aclamación de sectores académicos. Se transformó en uno de los más eficaces vehículos de ideas nuevas, en una especie de “laboratorio de simulacros” donde se conjugan Arte, Ciencia, Mito y Filosofía. Pero perdió (o no supo mantener) el interés masivo, debido al deterioro más o menos generalizado de la capacidad de pensar de los individuos, cada vez más alienados y psicopatizados por el tipo de sociedad que estamos construyendo. Lo cual, irónicamente, hace más relevante a la CF y su estética de la denuncia, esa manía de poner el dedo en la llaga.

05- ¿Qué dibujo, historieta o póster de CF influyó en tu amor al género?

Póster o dibujo: las portadas de los discos de Iron Maiden (“Somewhere in time”, por ejemplo); historieta: “El Eternauta”, “Gilgamesh, el inmortal”; dibujo animado: “Robotech”. Aunque hay varios más…

04- ¿Qué autores creés que no están todavía valorados como corresponde?

Muchos autores argentinos actuales, como Alonso, Ponce, Mira, Domínguez Nimo, etc… De épocas anteriores y otras latitudes, creo que Olaf Stapledon es un tipo que merece más atención, ya que, junto a Wells y Verne (a quienes sí se pondera con más dedicación) definió toda la temática que el género emplearía casi hasta fines del siglo pasado.

03- ¿Te resulta paradójico aquellos críticos o autores del género que sólo critican la CF?

¿Te referís a la saña con la que algunos le “pegan” a la CF? Más que paradójico me parece tonto. No hay que prestarles atención. Y si una autor de CF critica el género, ¿para qué escribe CF? Eso sí es paradójico. Salvo que, en el súmmum del narcisismo, nuestro hipotético autor crea que sólo él escribe la única CF valiosa. Ahí se entendería porque la critica y la escribe a la vez.

02- ¿Qué le falta a la CF argentina?

El apoyo editorial “grande”. Algo que está siendo suplido por emprendimientos serios que los mismos autores o fans del género llevan adelante en varios formatos, gracias a las nuevas tecnologías y los espacios de autogestión que se han abierto en los últimos años.

01- Nombrá a un autor de CF que nunca quisiste leer.

Ron Hubbard.

00 - ¿Existe Dios?

Creo que sí. Me considero un hombre de fe, y soy pastor del área de Música en una iglesia bautista. Pero estoy seguro de que Dios no es como lo hemos pensado o imaginado, ni remotamente; que nada tiene que ver con nuestros intentos fallidos de comprenderlo, acotarlo o usarlo para beneficio propio, a los que solemos llamar “religiones”. Vuelvo a Stapledon y su “Hacedor de estrellas”. Trato de leer la Biblia con los ojos de Stapledon. Resulta muy estimulante.